CONVERSATORIO «EL RÍMAC COMO ESCENARIO EN LA LITERATURA PERUANA», dos de febrero desde la Biblioteca El Manzano.

enero 31, 2022 a las 1:10 am | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Creación, Miscelánea, Noticias y demás... | Deja un comentario
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CELEBRANDO EL DÍA DEL RÍMAC, EL 2 DE FEBRERO NOS REUNIREMOS LOS ESCRITORES, nacidos o formados en el tradicional espacio limeño, CRONWELL JARA, SONIA LUZ CARRILLO , ENMANUEL GRAU Y ALEXIS IPARRAGUIRRE , invitados por la Biblioteca EL MANZANO, con la conducción de su directora MINERVA IVONNE MORA ALVINO.
El tema es la presencia en la literatura nacional de esta antigua demarcación que a la llegada de los españoles (siglo XVI) era un valle habitado por distintos comunidades, entre ellas, el curacazgo de Amancaes, colectividad dedicada a la pesca en el Rímac, voz quechua que significa hablador, río que dividía la Ciudad de Lima en los barrios altos y los de abajo el puente. El Rímac ha sido siempre lugar de tránsito de norte a sur, como lo evidencia el puente de soga de construcción inca que encontraron los españoles y reemplazaron luego por uno de madera. Los siglos XVII y XVIII vieron expandirse al Rímac y convertirse, por un lado en un bello paraje de hermosas casonas, templos y paseos como la Alameda de los Descalzos y el Paseo de aguas, así como la Plaza de toros de Acho. Y de otro, barrio que acoge a la población negra e indígena, modestos servidores y artesanos.

Su declaración de distrito independiente se produce el 2 de febrero de 1920. Pese al deterioro de muchos de sus espacios, por su importancia histórica y vestigios arquitectónicos, la UNESCO incluyó al distrito en la declaración de área del Centro Histórico de Lima , Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El miércoles ahí estaremos, personalmente, con la emoción de hablar de un territorio que es la patria de mi infancia y adolescencia.
El conversatorio se transmitirá el miércoles 2 de febrero a las 7:30 p,m., desde el Facebook de la Biblioteca El Manzano: https://www.facebook.com/bibliotecaelmanzano

PRESIDENTE PERUANO PEDRO CASTILLO TERRONES

enero 27, 2022 a las 12:16 am | Publicado en Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Documentos, Miscelánea, Noticias y demás... | Deja un comentario
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ODIOS ANTIGUOS Y MIEDOS CONTEMPORÁNEOS  DESATADOS POR ALGUNOS CON FURIA DE PLAGA

Presidente de la República del Perú, profesor Pedro Castillo Terrones acompañado de su esposa, profesora Lilia Paredes Navarro

ES CIERTO que el profesor que preside la República del Perú tiene los límites de una educación formal llevada a cabo de forma meritoria, pero sorteando enormes obstáculos.  Una educación que, en sus profundos desniveles, obstaculiza desde los primeros años- para una gran mayoría de educandos-  el logro de ciertas habilidades y el desarrollo de la totalidad de sus innatos atributos.

NO ES MENOS CIERTO que el presidente Castillo deja traslucir valores apreciables nacidos de la colectividad en la que ha crecido y se ha formado, de ahí su inmediata cercanía con la gente sencilla. Pero también la timidez ante ciertas personas, sus desconfianzas y su apego a los de su más estrecho entorno. De otro lado, la expresión oral pública del profesor Castillo lleva la huella de su experiencia previa en asambleas y reuniones gremiales, sindicales y revela limitaciones en elocuencia como – lamentablemente -gran parte de la población de una nación multilingüe y de desarrollo desigual, incluyendo a algunos llamados líderes de opinión.

NO ES MENOS CIERTO, que con intención política en una campaña inacabable, se ha fomentado de forma persistente y a través de todos los mecanismos y plataformas posibles, el escrutinio implacable y un rechazo visceral y violento a todo lo que diga o calle; un rencor altanero que atraviesa distintas capas de la sociedad, especialmente urbanas, en expresiones que tienen, creo, una alta  dosis de autopunición.

¿POR QUÉ SE EXPRESA TANTO ODIO, por qué se ha normalizado el insulto sin freno alguno y se ha llegado al extremo de  desearle la muerte en forma pública e impune?

Es obvio que existen razones políticas y de defensa de intereses económicos. Me arriesgo, sin embargo, a conjeturar que se odia más a lo que representa que a la persona.  Hace unos días, alguien me respondía en el Facebook que Castillo le hacía recordar al expresidente Alejandro Toledo. Curioso, porque sus trayectos vitales son completamente diferentes. Me quedé pensando. ¿Qué es lo que los hace lucir comparables, qué comparten? ¿Qué es lo que, de entrada, se odiaba de uno y de otro?

Me parece que el virulento rechazo es a un conjunto de rasgos socio históricos, culturales, que comparten millones de peruanos. Odios antiguos y miedos contemporáneos.  El tema excede a las características, los límites y las posibilidades del actual Presidente de la República a quien hay que desearle, por el bien del país, la mayor cantidad de logros posibles.

Creo que después de este período gubernamental puede haberse instalado una forma especialmente despectiva y violenta de referirse a un mandatario sea cual fuere este.

Por eso pienso que el tema reclama ser abordado en profundidad. Por supuesto que con la ayuda de las ciencias sociales y también con sensibilidad y sentido de patria. Prejuicios de clase y etnias desatados con furia de plaga pueden seguir trabando el desarrollo y la tranquilidad nacional a largo plazo.  Hay azuzadores.

LITERATURA Y PSICOANALISIS PARA CURARSE DE UNA ENFERMEDAD LLAMADA PERÚ, Jorge Nájar comenta la obra de José Zapata ‘El mendigo y su sombra’

diciembre 19, 2021 a las 2:03 am | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura | Deja un comentario
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Acogemos con agrado el presente estudio del poeta y narrador Jorge Nájar a propósito de la obra de José Zapata

En El mendigo y su sombra, la segunda novela de José Zapata (Trujillo, Perú, 1958) estamos ante un universo topográfico fácilmente reconocible para el lector limeño, aunque en su entramado nunca se mencione la ciudad. Lima no tiene nombre y el personaje central tampoco. Reconocemos la ciudad por los escenarios. Reconocemos al personaje sin nombre porque él también posee los mismos reflejos de quienes residen allí y de quienes sobreviven obsesionados por las grandes preocupaciones de sus contemporáneos: ¿Qué ha fallado en esta sociedad? ¿Por qué nos enzarzamos en confrontaciones sin fin a medida que más nos hundimos en las arenas movedizas?

Una verdadera voz narrativa nos conduce hacia las entrañas de una relación entre la psicopatología del paciente y la sociedad a la que pertenece. Hasta dónde sé, en nuestro patrimonio literario no hay novelas con estas características. Tal vez sí ensayos y testimonios, pero no ficción narrativa. O quien sabe mi información no consigue visualizarlas. Anclada en la estrategia de la cura psicoanalítica, el narrador -un paciente rechazado por su terapeuta- reflexiona en torno a los recursos naturales del país y las posibilidades humanas: el sueño del mendigo sentado en un banco de oro. En el set del psicoanalista el paciente analiza este conflicto, lo que le permite a través de la interpretación entrar en su mundo herido emocionalmente. Vuelve una y otra vez al sueño y esa obsesión termina engendrando tensiones entre el paciente y el terapeuta. Saber las razones más profundas de esa tensión es lo que mantiene en vilo al lector, así como descubrir los entresijos de los amores clandestinos entre el sujeto y la hija de uno de sus mejores amigos.

Con esos elementos en marcha José Zapata consigue una novela muy bien compuesta. Y en ella, si bien el motor pareciera la historia del “rechazo” del terapeuta a seguir ocupándose de la cura de su paciente, el fondo resulta siendo la inquietante “discusión” entre ambos. Pasan por la materia psicoanalítica el tema del complejo de Edipo, la relación madre naturaleza-madre del psicoanalizado, el de la paternidad ausente en la constitución de la personalidad de J.C. Mariátegui, el de las interpretaciones de los poemas del poeta Vallejo, pero sobre todo el de las posibilidades desaprovechadas de la sociedad peruana con relación a sus “riquezas” y los recursos psíquicos de sus ciudadanos. Los personajes como Landeras -el terapeuta-, Ángela -la amante-, Francisco -amigo personal del paciente rechazado-, están muy bien caracterizados. Así y todo, es probable que algunos lectores echen de menos más elementos topográficos, sobre todo en las primeras partes donde sólo se nombran algunos lugares cercanos al Parque Kennedy. El texto en general, y todos los elementos anecdóticos que confluyen, están marcados por las características propias de cierto humor seco, algo semejante al de aquel que ríe en sus barbas. El ejemplo más visible es el de señalar las marcas de los vestidos que llevan sus personajes para una u otra circunstancia. Personajes poco sinceros. Personajes nutridos de dobleces y prepotencias. Pero también entrañables en sus flaquezas y grandezas sobre todo cuando al final se descubre la generosidad del “detestable” terapeuta frente a los problemas del paciente “rechazado”.

Ese tipo de personajes es en realidad algo que ha venido evolucionado a lo largo
del corpus narrativo creado por José Zapata. Hasta enero de 2018 en que tuve la
oportunidad de presentar ante el lector francés este universo narrativo, la obra del autor
se componía de diez cuentos y una novela: El conciliador y El cese. En esa oportunidad
señalé que El cese, publicada por primera vez en París, en el año 2000, y luego reedita en
Lima, era una novela extraña dentro del paisaje narrativo peruano; extraña porque sus
preocupaciones no van por el análisis de los traumas engendrados por la guerra interna,
ni por el combate identitario de nuestras regiones más íntimas, ni por el ancho camino
de la novela confesional : “mi papá es más malo que el tuyo”· No. No está en eso. El
narrador opta por recrear la metáfora de una jaula y dentro de ella la vida de un
burócrata. Así consigue pintar la psicología de un individuo atrapado en las redes de un
complot urdido por sus colegas. Hay que sumar a ello los relatos que componen El
conciliador, cuya primera edición apareció en Buenos Aires en año 2004; se condensa en
ellos un universo de subordinaciones y frustraciones marcados en gran parte por la idea
de la escritura como destino salvador. Recuerdo que después de señalar estas
características me atreví a formular la siguiente interrogante: “¿Qué le ha pasado al
creador de Benítez, al creador de los diamantes oscuros de El conciliador para que desde
entonces no haya vuelto a publicar?”
Pues bien, atrevámonos a suponer que el personaje sin nombre, el paciente
rechazado de El mendigo y su sombra (Santo Oficio, Lima, 2021) es la suma y destilación
de los componentes del universo que ha venido creando. Atrevámonos a suponer que la
estrategia del paciente es una manera de aludir al ser peruano, al Benítez expectorado
del vientre de la ballena, o a alguno de los tantos habitantes de la galería de
subordinados de El conciliador. En la historia del pájaro dentro de una jaula de felinos,
hay un discurso no manifiesto pero que de manera subterránea lo sostiene. Por debajo
de los acontecimientos externos y del drama de Benítez, el narrador está contando otra
historia, y esa es la de las miserias de la vida burocráticas pero en clave de humor negro.
Benítez es en realidad un rebelde, pero a pesar suyo. Este pájaro insumiso, al parecer, no
está capacitado para ser funcional dentro de la jaula burocrática que le exige
uniformidad con el entorno. Siguiendo las huellas del personaje el lector asiste al
montaje y desmontaje de la ligazón existente entre muchos “colegas” contra uno que se
resiste a obedecer a ciegas las “reglas del juego” para conseguir el ascenso y la
promoción. El tal Benítez es un joven funcionario del “Servicio Superior Público” -el
lector nunca llegará a saber en qué sociedad funciona este “servicio superior”- cuyo
comportamiento es por momentos conmovedor por sus reacciones chaplinescas tanto
en el terreno de lo privado como en público. No por eso hay que suponer que nos
encontremos únicamente ante una loca y angustiosa historia de crítica social. El
argumento enlaza una serie de situaciones, al igual que lo van haciendo los personajes, y
así se va formando una enorme bola que terminará estallando al final de la novela con la
revelación de lo que parece ser la clave del mundo burocrático: el entendimiento y
aplicación de las normas contenidas en “el libro magno”, “el código de conducta
institucional”. Un libro vacío.
¿Distopía? ¿El estado policial? Se dice y se repite que la literatura distópica se
utiliza para proporcionar nuevas perspectivas sobre prácticas sociales y políticas
problemáticas que de otro modo podrían darse por sentado o considerados naturales e
inevitables. He ahí la clave de la figura rebelde de Benítez. En su manifiesta incomodidad
frente a esas prácticas, la carcajada puede escapar fácilmente ante las situaciones
desproporcionadas de la tragedia en la que él mismo se va metiendo por su exceso de
celo profesional, por sus obsesiones, por sus afán analítico de lo que dicen los otros, e

incluso de sus propias ideas que terminan por dominarlo; palabras e imágenes que se
imponen en su mente de forma repetitiva y con independencia de la voluntad. Por eso
mismo, dentro del espantoso universo en el que se mueve, Benítez es, probablemente, la
versión moderna de un Quijote luchando contra los molinos de la mediocridad. Un
Quijote que cree ver fantasmas y agresiones por todas partes. Más aún, Benítez en su
quijotismo llega incluso a convertirse en el antihéroe perfecto entre personajes del
aparato administrativo cuyos tentáculos resultan más largos de lo que él mismo imagina.
Su tragedia pone al descubierto a “la élite del servicio público” entrampada en luchas
individuales de sumisión en pos del ascenso en la carrera. Entre personajes del aparato
burocrático pero también en el terreno doméstico -novias, familiares y vecinos sumisos
y perversos- Benítez adquiere las características del rebelde que se resiste a caer en las
trampas de la burocracia dorada. Y esa rebeldía contra la hipocresía, contra la conjura de
sus colegas que lo van marginando y confabulando para destruirlo, terminan por
convertir al personaje en el ejecutor de su propia destrucción y expectoración.
La novela está dirigida con una paciente estrategia de desvelamiento de los
pasadizos, corredores, despachos, fronteras y límites más turbios de la administración
pública. Así el autor logra mantener el interés del lector con el retrato de un abanico de
personajes infieles, desleales, traidores, arribistas interactuando dentro de la
maquinaria destructora. A través de la tortuosa y enrevesada personalidad de Benítez,
asistimos a un repaso del comportamiento psicosocial de la época que le tocó vivir en un
tono de burla que contrasta con la triste visión de las vidas de los personajes retratados.
Decíamos que no es solamente una loca y angustiosa historia de crítica social. La clave
parece ser sacar a luz lo oculto en el mundo burocrático: la obediencia ciega, la sumisión
y, por lo mismo, la conversión en cómplices de abusos y destrucciones de sus propios
colegas.

Con El Conciliador, José Zapata continúa con la puesta en escena de personajes
oscuros pero profundamente peligrosos, precisamente por ese comportamiento de seres
subordinados desarrollado en su novela. Pero en esta entrega hay un cambio radical. El
creador de ficciones parece haberse cansado de la distopía y se enfrenta ahora con la
historia y las situaciones otorgándoles nombre propios. El conciliador se compone de 10
cuentos, varios de ellos marcados por las preocupaciones de la “escritura”, pienso en el
magnífico Opus Magna y, singularmente, en este momento del relato: “ya despierto, tuve
la sensación de que por la noche, profundamente dormido, había logrado escribir esa
gran obra que en la vigilia me es completamente inalcanzable.” El sueño de la
imposibilidad de la obra maestra resumido en cinco páginas. Entre tanto el narrador
consigue crear una atmósfera poblada de mujeres bellas, chamanes, médicos en un
rincón perdido de la sierra del norte peruano. Otro de los componentes de este conjunto
marcado por la misma preocupación creadora es el cuento denominado Descargo. Desde
las primeras líneas escuchamos esta confesión: “Soy de esos autores que después de
escribir una única novela, se sumergen en la más absoluta improductividad.” Se trata de
un escritor peruano, para mayores datos residente en Trouville, Francia, en estado de
sequía y que se escuda en la interpretación musical para disfrazar su situación. El caso
de otro escritor truncado aparece en Melitón: Werner Cevallos, también peruano,
jubilado de la Universidad de Lyon, regresa a su patria, a Trujillo, para instalarse
definitivamente. Regresa con un cúmulo de inéditos. El debate gira en torno a una novela
inédita, el enigma de un hombre enjuto que confunde la teoría con la realidad, la
especulación con la acción práctica. Y allí el descubrimiento de esta perla: “En la realidad

y no en la ficción, el lenguaje se usaba fundamentalmente para mentir.” En realidad el
relato plantea el eterno dilema existente entre el crítico literario y el autor. El problema
del escritor polígrafo sin editor y que a pesar de todo sigue escribiendo sin saber lo que
ha ido acumulando a lo largo de su vida. Estamos pues ante un mundo de escritores
frustrados. De hombre cobardes. De mutantes y asesores hinchados de vanidad, todos
ubicados en un espacio y en tiempo preciso. Y entre ellos, el revelador Leviatán, es el
cabo, el nudo, que enlaza la tragicomedia de El cese con el universo mediocre en el que
pululan los personajes de El conciliador. Pero el monstruo con el que en esta
oportunidad se enfrenta, no es un ser difuso. Tiene nombre y características propias.
Nos dice que Leviatán vive en realidad en cada uno de nosotros, en nuestros arrebatos,
en nuestras frustraciones. Se nutre en nuestro propios consentimientos.

Todos los elementos psicológicos presentes tanto en El cese como en El conciliador
vuelven a emerger en El mendigo y su sombra, con otros matices, en otro entramado y en
nuevos segmentos de vida, todos ellos observables en las dobleces del terapeuta, en el
problema de la posibilidad e imposibilidad de la escritura al tiempo que pone al
descubierto las raíces de nuestra tragedia nacional. También aquí estamos ante un ser
cómico a pesar suyo en medio de sus dudas, mortificaciones, sospechas, obsesiones; un
ser trágico y atormentado por el anhelo de conjugar las aspiraciones individuales con las
aspiraciones sociales, por la idea de que en el Perú el recurso natural es abundante y que
lo que fallan son los recursos psíquicos. En los pliegues de su reflexión el paciente
rechazado parece decirnos que el recurso natural sólo podrá ser apropiado
subjetivamente y transformado de forma útil, si el recurso humano puede actuar en
consecuencia. Pero ese recurso, desde su óptica, está dominado por lo psíquico, y el
psiquismo condiciona el comportamiento racional y práctico de la mayoría. En la
metáfora “El Perú es un mendigo sentado sobre un banco de oro”, dicho individuo no se
apropia del oro y no lo utiliza para su beneficio; no puede “dejar la condición de
pedigüeño a pesar que debajo de sus sentaderas tiene oro puro”. En su obsesión
analítica, el paciente rechazado se ha percatado que, curiosamente, el mendigo no es
ciego ni demente, pero aún así no advierte el preciado material del banco donde está
sentado. Esta situación le permite suponer de que actúa sobre el hombre sentado en el
banco de oro una prohibición, algo intangible que impide echar mano del oro y
aprovecharlo. Esa prohibición puede referirse a la existencia de un conjunto de síntomas
que inmovilizan y además causan deformaciones en los contactos con la realidad de los
que la padecen.
La metáfora así planteada sugiere que se trataría de una enfermedad que él mismo
paciente rechazado padece. Por eso él ha recurrido a un psicoanalista en pos de
respuestas y alivio y éste lo ha rechazado porque le trae (el aspirante a paciente) un
problema que no está considerado como tal por los instrumentos teóricos y clínicos que
el terapeuta conoce y utiliza. El paciente insiste en que sus sufrimientos espirituales y su
malestar tienen implicancia con el contexto social y la historia de su país y el
psicoanalista no considera oportuno ni conveniente hablar sobre el Perú en el espacio
terapéutico, porque entretenerse en esos temas es una forma de “evitación”, piensa, y
desvía el diálogo terapéutico dejando de lado aquello que considera importante y más
ligado a la situación personal y familiar del paciente. Así el psicoanalista se niega a
considerar que quizás la insanía individual pueda haberse anidado en el seno de una
cultura nacional que tiene componentes patológicos en su constitución y que puede
afectar a sus portadores.


El paciente negado es un alto funcionario que trabaja para un organismo
internacional. Y desde Trujillo, nos cuenta con una memoria de archivista sus problemas
relacionales con su psicoanalista doce años después de lo ocurrido. La ciudad donde
reside es descrita y pintada con precisión y eso contrasta de manera notable con los
paisajes difusos de la ciudad donde padeció la mala relación con su terapeuta. La historia
del paciente rechazado avanza hasta revelarnos la solución final del problema de la
escritura, un “regalo” de aquel que él había calificado más de una vez como una persona
que se había negado a prestarle ayuda. Llena de una alta dosis de humor frío, seco, la
novela termina convirtiéndose en un libro imprescindible para esclarecer el horizonte
de tantos personajes subyugados por sus ilusiones y la confrontación con la realidad.
Como decía Lawrence Durrell a propósito de El cuarteto de Alejandría: “Todos los
personajes de esta historia, así como la personalidad del narrador, pertenecen al terreno
de la ficción.” Solo la enfermedad es real.

París, diciembre del 2021.

El GALLO DE CRISTAL, RELATOS DEL POETA Y NARRADOR OMAR ARAMAYO

noviembre 19, 2021 a las 12:39 am | Publicado en Artículos sobre Literatura | Deja un comentario
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CON MOTIVO DE LA LECTURA QUE TRES INTEGRANTES DEL GRAN GRUPO TEATRAL ‘CUATRO TABLAS’ HARÁN DE CUENTOS DE LA OBRA ‘EL GALLO DE CRISTAL’ DEL POETA Y NARRADOR OMAR ARAMAYO, FLOR CASTILLO, ANTONIETA PARI Y JOSÉ INFANTE, COMO PARTE DE LAS ACTIVIDADES DE LA CÁMARA DEL LIBRO EN EL PARQUE KENNEDY, ACTULIZO ESTE ESTUDIO DE LA OBRA PRESENTADO EL 7 DE NOVIEMBRE DE 2006 EN LA CIUDAD UNIVERSITARIA DE SAN MARCOS

(En caso de usar la información, se ruega citar la fuente)

Sonia Luz Carrillo Mauriz

En cada libro  publicado queda apresado un momento y un entramado de emociones y observaciones que configuran una realidad nueva: la realidad literaria en la que late una subjetividad  que con certero disparo de su imaginación crea mundos posibles, verosímiles. Pero, quién puede dudarlo, esto es  a partir de  rastros de lo vivido  y lo reflexionado.

Por eso la lectura de El Gallo de cristal  del poeta  y narrador Omar Aramayo  nos coloca ante un mundo nítidamente marcado por los desencuentros.  Es un libro peruano en el sentido  que expone lo vivido  en las más recientes décadas de un territorio reconocible, atravesado por las diferencias  y las indiferencias, territorio de promesas incumplidas  y  persistente desasosiego. Identificación de espacios que se ve reforzada por las opciones lingüísticas.

En este conjunto de 29 relatos salta a la vista la fragmentación,  esa experiencia de hallarnos frente a un espejo trizado  pero que en cada uno  de sus  trozos nos devuelve los mismos ojos desorbitados  por el asombro.

De asombro en asombro van transcurriendo las generaciones. Momentáneos entusiasmos y euforias cargadas de  esperanza  parecieran disolverse en la nada y el desencanto. de ese  “siempre, siempre, mucho siempre”  vallejiano.  La muerte injusta como constante, el dolor absurdo y la urgencia  de contar lo visto o imaginado.

A grandes rasgos, esta es la atmósfera  que emerge  de El Gallo de cristal, relatos con temas y opciones discursivas diversos. Diversidad que se ve reforzada por la muy variada extensión de los textos: mientras algunos presentan hasta veinte páginas algunos otros alcanzan dos carillas  y el último de apenas llega a  menos de una.   Por qué referirse a este aspecto en especial?  Porque  él describe la heterogeneidad del material reunido.

El autor implicado.

Lo que dota de unidad al mundo representado  es la mirada del sujeto de la enunciación, denominado desde la narratología como autor implicado. Esa   categoría narrativa que “surge de la necesidad de huir de  dos extremos: de una parte el biografismo que remite directa e inmediatamente al autor responsabilizándolo ideológica y moralmente de la narración; por otra parte del formalismo inmanentista  que desvaloriza la dimensión histórico – ideológica del texto. (Lanser, 1981:49 Citado por Reis y Lopes)”[1] Asumiendo el concepto de autor implícito  en tanto imagen surgida no sólo del contenido de la obra sino de la estructura y elementos que la conforman,  en el mundo representado en El Gallo de Cristal  es posible encontrar junto a la  incomunicabilidad,  la persistente incertidumbre sobre el carácter  último de las acciones y la clara postura de piedad ante las vivencias de los personajes,  también un conjunto de insistencias, como  el papel del azar. Veamos:

“Cuando el azar comienza a jugar sus cartas, no hay quien lo detenga y lo mejor y peor es que no se debe preguntar porque sus explicaciones son hartas y complejas. El azar, amo de las historias,  voltea la cara de los hechos en dirección  a un solo punto, el menos esperado, y ya sólo algunos pueden ver sus hilos, los que miran en la noche” (“Pampas de la Luna”, p.79).

También hay reflexiones sobre las paradojas o contradicciones de la vida. Leemos:

“Hoy me enteré que Baldomero a muerto y la tristeza me invadió… no iré a su sepelio… regresar al pasado es difícil, talvez el pasado sea sólo un invento de la mente, el mayor invento de todos los humanos, nadie puede tener la seguridad  que ese árbol, por ejemplo,  haya estado ahí exactamente el día de ayer, no existe prueba alguna, sólo es una convención para no declararnos todos locos mutuamente” (“El testigo”).

Al  realismo de las acciones  se une la irrupción de la magia (como se da en el caso del cuento que da nombre al libro). (p. 59)  y el enorme poder de los sueños  como ocurre en “Los habitantes del río de la Luna” (p. 194) y  en “La estirpe del viento” (209).

El narrador

Agente narrativo que cuenta una historia y también “sujeto lingüístico que se expresa en el lenguaje que  constituye el texto”[2]de cuya “identidad,  grado y forma en que se indique en el texto”[3] dependerá el carácter específico del éste. Como protagonista del acto de la enunciación las funciones del narrador son múltiples: En algunos casos ingresa al mundo narrado a través de intrusiones  que dan cuenta, de manera más o menos discreta de su subjetividad, que articulan una ideología o una simple apreciación sobre los eventos relatados o los personajes que actúan en el relato. El narrador  configura el universo representado por la utilización que hace de signos y códigos narrativos, como son el tiempo o los regímenes de focalización.[4]

Igualmente de su ubicación en el relato surgirá su condición de narrador. Recordemos que una primera opción es la que reúne en una sola entidad las instancias protagonista, narrador y autor, esto ocurre en los relatos de tono autobiográfico, o de ficción autobiográfica. Otra opción es narrar ubicándose como un personaje presente en la trama pero no en forma protagónica y una tercera posibilidad es la del narrador ausente que domina desde fuera el desarrollo de los acontecimientos, el llamado narrador omnisciente.

En El Gallo de cristal  la mayor parte de los relatos (22) presentan un narrador omnisciente y sólo 7 están narrados en primera persona. Esto, sin embargo, no significa que el relato carezca de afectividad. Y esa afectividad, cercanía o piedad  con los personajes y situaciones narradas procede del tipo e focalización interna que rige casi todos los textos.  Los hechos y sentimientos que el narrador atribuye a los personajes  son narrados desde la interioridad de los mismos. 

De esta característica de casi todos los relatos  proviene  la repetida sensación de que se trata de historias y tramas  realmente vividas por el sujeto  de la enunciación.

Personajes.

La creación de los personajes es significativa de  la orientación de cualquier historia. Para M. M. Bajtin (1979) “cada momento de una obra se nos presenta como reacción del autor que abarca tanto el objeto mismo, como la reacción del personaje frente al objeto.” [5]

En el Gallo de cristal  viven, hablan, actúan, fundamentalmente,  personificaciones que representan a los débiles, los golpeados, los excluidos y los oprimidos  pero hay que destacar  que no son personajes construidos como la suma de virtudes, lo que obraría en contra de la verosimilitud del relato,  sino  acertadamente  presentados en toda su humanidad. Virtudes y defectos, valores y miserias.  Así, militantes de un partido que en nombre del pueblo  sobornan y matan o se traicionan; negociantes esforzados en su ascenso social  y convertidos luego en desalmados opresores, trabajadores honrados, amigos solidarios conviven con  personajes  arribistas.

El gallo de cristal  es un tapiz de prácticas culturales, algunas rentables pero peligrosas donde acciones ancestrales se juntan a la anomia. Por ejemplo en “Domingo Yapuchura” se ven los riesgos de los acuerdos económicos verbales y fuera de la formalidad  que deviene en estafa. Asimismo la avaricia del personaje  que ha logrado acumular dinero  pero eso no lo significa  elevar o mejorar su calidad  de vida  y que el narrador resume: “El cholo ahora tenía plata  pero eso no le había cambiado los hábitos precarios, de nómade, de tropero, su, así nomás, está bien” (p. 140)

En esta mirada a un mundo heterogéneo no podían faltar los estereotipos y el desconocimiento  mutuo y también la violencia de los encuentros..  En el primer relato “Los lindos”  que narra las peripecias de dos  militantes  de una organización  terrorista varados en Lima y en espera de órdenes de sus dirigentes, cuando son estafados  luego de haber  tomado  el dinero que resguardaban, ingresan violentamente a una oficina  en el centro financiero de la capital. Aquí  la narración registra el impacto en las oficinistas “primera vez que veían hombres armados, amargos, sudorosos, olor a tierra, hombres de verdad” (p.20).  El narrador caracteriza a las trabajadoras  de la oficina como “muñecas rubias cimbreantes”.  (p.21 y 22).

La violencia se intensifica y es demostrativa del odio acumulado, largamente incorporado en la percepción de “los otros”.  Un militante exasperado  advierte “Si se trata de meterles un tiro, ningún reparo tengo, lo haría por las orejas si no hay otro lugar mejor, y ese gusto, por mi madre, nadie me lo quita. Ustedes no hacen falta a nadie, están de sobre en la humanidad”. (p.21 y 22).

Los  espacios narrados

Es también notable la múltiple  realidad geográfica  que aparece en el conjunto. Un recorrido  por la diversidad no podía dejar de lado este aspecto. La vida rural  con su  belleza y sus carencias  es presentada en algunos relatos  así como las complicaciones de la urbe son mostradas en otros  a propósito de los desplazamientos de los personajes  dando cuenta de multitud de rasgos  culturales  y sociales  de un mundo complejo  muchas veces  inarticulado  y propicio  a los desencuentros. 

El. Gallo de cristal  se convierte así en un  mural  emotivo. Duro y frágil  que la palabra busca transparentar  con urgencia, con ternura  y eso se logra  por una prosa que  en muchos momentos  tiene la factura del poeta  y mago que la pronuncia.

Ciudad Universitaria, 7 de noviembre 2006.


[1] Carlos Reis y Ana Cristina Lopes. “Autor implicado” En: Diccionario de narratología. Salamanca: Ediciones Colegio de España, 1995, p. 28

[2] Mieke Bal,.  Teoría de la narrativa. Una introducción a la narratología. Madrid: Cátedra. 1993, p. 125

[3] Bal.  Obra citada, p. 126

[4] Ibídem, p. 157

[5] Bajtin, M. Estética de la creación verbal. México : Siglo XXI editores, 1982 1era. edición en español. P. 13.

LA PRENSA EN LA GESTA LIBERTADORA, conversatorio en la Universidad Ricardo Palma, Lima 6 de octubre

septiembre 29, 2021 a las 8:24 pm | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Documentos, Miscelánea, Noticias y demás... | Deja un comentario
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La Universidad Ricardo Palma en el marco del programa oficial “Homenaje de la Academia a la Prensa Nacional”, que realiza anualmente por el Día del Periodista Peruano, ha organizado el panel: La Prensa en la Gesta Libertadora.

Los expositores en esta oportunidad son: Félix Paz Quiroz, Director (e) del diario oficial “El Peruano”, Sonia Luz Carrillo Mauriz, catedrática, periodista , reconocida poeta y Wilfredo Kapsoli Escudero, doctor en historia y docente de nuestra casa de estudios.

La actividad académica se desarrollará el miércoles 6 de octubre a las 11.00 a. m en el auditorio del Centro Cultural Ccori Wasi (Av. Arequipa 5198-Miraflores, Lima).
Ingreso Libre.
ACTIVIDAD PRESENCIAL CON LAS DEBIDAS PRECAUCIONES SANITARIAS

ESTÁN INVITADOS.

Lic. Giullianna Agurto Tassara
Prensa Oficina de Imagen Institucional

LEOPOLDO CHARIARSE, la melancolía sutil de un verso irremediablemente lejano

septiembre 25, 2021 a las 12:58 am | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Miscelánea | Deja un comentario
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RECUPERO , años después de haberla escrito, esta nota de presentación y homenaje a un gran poeta peruano, Leopoldo Chariarse. Ahora que la he reencontrado, creo que se la debía. En ella repaso y registro textos de excelencia inmediata que ahora pongo a consideración de los amantes de la buena poesía.

Sonia Luz Carrillo, Leopoldo Chariarse y Luis León Herrera
Instituto Raúl Porras Barrenechea, Lima 2004

Empecé a conocer personalmente a Leopoldo Chariarse por una nota en un diario.  Alguien me comentó que se había referido con generosidad en torno a mi poesía, pero como es un viajero impenitente en esa visita no tuve ocasión de coincidir con él. Quedó sí el deseo de acercarme y agradecerle en una posterior oportunidad.  Esta llegó hace más de veinte años. No recuerdo ya la circunstancia, pero sí la inmediata sintonía que se tradujo en visitas, cafés, concurrencia a actividades culturales y, por supuesto, intercambio de poemas.

En 1988, cuando en medio de apagones y sobresaltos mil trabajamos con Ricardo Falla Barreda Curso de Realidad, Proceso Poético 1945-1980 (libro que nos sigue dando la satisfacción intransferible de constatar que, pese a sus fragilidades, recogió respetuosa y amorosamente la obra de mucha gente valiosa, antes y después omitida en otras recopilaciones) no dudamos en dedicarle el espacio importante para hacerlo presente a los nuevos lectores.

Años después sus rápidas visitas y nuestras actividades y viajes nos han permitido apenas saludos telefónicos, abrazos en alguna actividad pero siempre el cariño y como Leopoldo dice en la dedicatoria de la reciente reedición de Los ríos de la noche la persistencia de “una larga amistad en el camino de la poesía”.  En homenaje a esa amistad acepté gustosa su invitación a acompañarlo esta noche con algunos breves apuntes.

Quiero comentar que al releer Los ríos de la noche  hice una serie de anotaciones. Posteriormente, al también volver a las páginas de La cena en el jardín hace algunos días,  me deslumbré (en el sentido de quien se queda sin lumbre) ante el magnífico Prólogo de Julio Ramón Ribeyro. Qué gran lector de poesía era uno de nuestros más importantes narradores! A la vez, qué desafiante   decir algo de la poesía de Leopoldo luego de tan precisa y exhaustiva presentación. Con qué prosa ingresa Julio Ramón a la profundidad de la palabra del amigo poeta! 

Al revisar  la delicada y  pulcra reciente  edición, los años que ahora llevo sobre el planeta me permiten  atisbar una serie  de   matices  del que son portadores  este inapreciable  conjunto.  Y esa es mi primera reflexión. Poesía de madurez desde sus inicios,  reclama  un lector  sutil e informado y con la madurez humana y literaria que le permita gozar de los frutos deleitosos  de la  sensibilidad  y cultura del autor.

En esto rápidos apuntes quiero mencionar que, como han advertido otros lectores que se han acercado a la poesía de Chariarse,  casi toda ella se encuentra patinada de una suave tristeza, una sutil melancolía. La pregunta inmediata inquiere sobre su origen. De dónde procede esta permanente expresión de pérdida, esta añoranza de un paraíso que parece repetirnos que todo paraíso es un paraíso perdido.  Pérdida y lejanía son los motivos más insistentes.  Así, la infancia será evocada “como un incendio lejano/ la casa cuyas puertas comunican con los trenes en marcha” (“Esta mañana” La cena en el jardín)

Años antes en Los ríos de la noche, en el  poema  “Sol de provincia”  también aparecía el motivo de “una infancia de verdes praderas sin contornos/ perdiéndose en la curva lentitud del camino”

El amor contrariado, anhelado siempre,  y que motiva a Ribeyro a mencionar que más que una poesía amorosa nos hallamos frente a una poesía amatoria,  es expresado con infinitos y delicados matices. Como en este poema en el sentido de la creación, el sentido de la vida y la huidiza sombra del amor se hacen uno:

“Gemidos del amor con que doliente

 febrilmente llamándote divaga

 ardiendo en fuego que jamás se apaga

quien de poesía se acercó a la fuente” 

“Los caminos” Sonetos

Poesía que recoge sabiamente diversas tradiciones entre las que se han mencionado las del Siglo de Oro Español, pero donde también asoma la huella del Surrealismo, en versos como estos de “La partida”

“Hoy que tiemblan las barcas en las ramas vacías

 y los insectos detienen el vuelo del crepúsculo

 vendrás pronto si vienes ave o leño ágil

 a través de ciudades de algas por encima del tímpano

 desolado y tenso en la arena del mar”

Igualmente, frecuente se halla la marca del Hermetismo, que Julio Ramón Ribeyro atribuye, citando las palabras del poeta a su “desesperado afán por comunicar lo incomunicable” y que en “Arte Poética” se enfatiza al decir:

“En los correos del alba te he buscado

con diligente afán

cuántas veces te he buscado

sin querer más que un poco de tu silencio”

A propósito de la poesía oiremos decir: “Música sutil de los despojos” y la representación del poeta queda expresada con la imagen de “el amante Que sirvió la diosa más distante” (“La poesía” Sonetos) Motivo que se enfatiza en “El poeta y sus dones” :

“Yo que entreví del siempre y del jamás

 la inefable mentira que alimenta

 la creación en forma de mujer

 No supe sino amar y apenas ser

 sombra de un sueño y mágica herramienta

 de fabricar belleza y nada más”

( Sonetos).

Las grandes preguntas, como la que tiene que ver con la vida, la trascendencia y la eternidad,  se halla magníficamente expresada en  “Tithonus a la aurora” con la que cierra  la primera edición de Los ríos de la noche .

“Hace ya muchos años que vivo

Y que me duele tu mirada en los ojos

Año tras año, sin descanso, la lluvia me roe

¡Oh, si pudiera ahogarme bajo la dulce tierra

Bajo su cabellera oscura de árboles poblada…”

Su vida errante asumida ya de forma gozosa, ya con desconsuelo:

“Detrás de mi espalda el vacío

 ¡Oh, volver!

 Allá, pardas colinas

 humeantes a la luz del crepúsculo

 allá, valles profundos

 donde la niebla es todo mar, de nuevo

 Y esa luz, este misterioso rumor que me embarga:

 ¡Oh, volver!”  (“Atardecer” Los ríos de la noche”)

 “Mi vida fue partir y volver tarde

 cuando nadie esperaba ni quería

 siempre olvidado y mustio haciendo alarde

 de que el viento mis pasos esparcía”  

(“La ofenda” Los sonetos de Spoleto)

Leopoldo vuelve siempre. Vuelve a la tierra y a la lengua y nos comunica cuanto de pérdida y ganancia lleva acumuladas. Aquí le decimos que su poesía es parte substancial de lo que somos: De alguna manera, todos transeúntes. Y ante este viajero memorioso es grande la tentación de preguntarle ¿Y si te quedas?  Pero sabemos la respuesta. El, como esbelta ave, debe vivir en permanente vuelo y sabe a dónde volver en cada primavera. Leopoldo es un verso irremediablemente lejano. Como su cada vez más cercana poesía.

(Lima, 15 de diciembre de 2004)

QUINCE AÑOS DE «HABLA SONIA LUZ» y desde el 6 de setiembre del 2006, más de dos millones de vistas a las entradas publicadas

septiembre 7, 2021 a las 11:32 pm | Publicado en Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Documentos, Miscelánea | 2 comentarios
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De asombros, perplejidades, algunas intuiciones y uno que otro hallazgo.

Hace 15 años, el 6 de setiembre del 2006, con mucho entusiasmo y deseos de comunicar desde una perspectiva individual, hallazgos, asombros, inquietudes, perplejidades, especialmente relacionados con el quehacer creativo, abrí esta ventana a la conversación. Sabía muy poco de la comunicación electrónica, venía del periodismo escrito , especialmente el periodismo cultural y el periodismo de opinión y tenía una gran necesidad de construir un espacio de expresión que conjugara libertad y responsabilidad.

Una actividad muy intensa de los primeros años trajo a este espacio de amena libertad, mis estudios literarios, comentarios diversos, obras de creación propia (mis poemas, mis fotos, ) y de otros ( jardín de las delicias, por ejemplo), comentarios sobre Comunicación y Cultura, hechos sociales, hechos históricos, etc. Y arte, y celebración de la creación humana.

Todo eso que en estos 15 años, y pese a que en los últimos he sido menos productiva en el blog, me ha mantenido en conexión con los lectores y ahora hacen imperativa una profunda gratitud.

Las razones de la gratitud

Cómo no agradecer el haber tenido hasta el día de hoy 2,072, 779 vistas a las distintas entradas. ¡Dos millones setentaidós mil setecientos setenta y nueve vistas!

Haber tenido a 797, 446 visitantes que han registrado 2, 588 comentarios para las 960 entradas publicadas.
Y en cada fecha saber que desde diferentes países, algunos muy alejados de mi país , el Perú, alguien se acerca y traduce los contenidos de este pequeño blog.

Y como no agradecer el saber que los lectores proceden de distintas fuentes y que no obstante se acercan a los más variados temas, son los temas de literatura y arte los que concitan mayor interés.
Todos estos son motivo de profunda gratitud y el renovado compromiso.

Lo que va del año 2021
Historial de visitas y visitantes
La referencia de las visitas

¡Por todo esto, dos millones y algo más de muy sentida gratitud!

JACQUELINE ALENCAR, inolvidable

julio 23, 2021 a las 3:30 am | Publicado en Algunas fotos, Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Documentos, Miscelánea, Noticias y demás... | Deja un comentario
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SIN JACQUELINE ALENCAR DESDE HACE UN MES , el mundo ha dejado de contar con una de sus habitantes más sencillas, generosas, inteligentes , solidarias y gentiles. La conocí hace más de dos décadas, al recibirnos a Ricardo Falla Barreda y a mí, con su esposo , el poeta peruano español Alfredo Pérez Alencart , en la ciudad de Salamanca. A partir de ahí, ya fuera en esa hermosísima ciudad o en nuestra Lima natal, la amistad , la compresión, la solidaridad, el trabajo literario en colaboración fueron las constantes en nuestros encuentros y en nuestras comunicaciones remotas.

Mujer fina, editora notable y ensayista de estilo depurado, había nacido en Bolivia y, desde muy joven se asentaron con Alfredo en Salamanca. Precisamente a esa ciudad, hace unos años, el sábado, 25 de junio de 2011, según confiesa, escribió el bello texto de homenaje y gratitud a Salamanca. texto que fuera publicado inicialmente el 19 de mayo del 2014 en CREAR EN SALAMANCA, periódico en el que ha venido publicando a lo largo de los años y que también le ha rendido homenaje. La nota la republicó el pasado 18 de mayo en su cuenta de Facebook.

Jacqueline Alencar y Sonia Luz Carrillo. Plaza Mayor de Salamanca, España.
Con Jacqueline Alencar en la hermosa Plaza Mayor de Salamanca, 2008.

Decir Jacqueline Alencar es mencionar a Alfredo Pérez Alencart, el incansable promotor de sueños, mago de la amistad y la producción poética, querido amigo , quien ha dedicado a su compañera de vida y labores, madre de José Alfredo , ya joven profesional, numerosos y bellos poemas.

Jacqueline y Alfredo


Apunte de Miguel Elías , estupendo artista salmantino que ha reproducido con tanto acierto la conjunción de finura y solidez de nuestra amiga. :

Aquí el breve texto, agradecimiento y despedida de esta inolvidable, muy querida amiga, de la Ciudad de Salamanca, publicado en su muro pocas semanas antes de partir a la Casa del Padre. Disfrutemos de su lozana prosa, recordémosla siempre en esa elegante discreción, esa dulzura con la que premio la vida de todos los que tuvimos el regalo de conocerla. Hasta siempre, Jacquie, hasta el reencuentro, amiga.

SALAMANCA: Por si mañana no te lo puedo decir

Por si no puedo decírtelo mañana, hoy te digo que me enamoré de ti a primera vista, cuando pude ver tus encrespadas torres apareciendo mientras me dabas la bienvenida hace más de cinco lustros. Cuando dejaba atrás mis palmeras tropicales, donde el hombre se marchita sangrando los árboles del caucho para hipotecarse toda la vida. Dejaba mis orillas del río Acre para instalarme en las del río Tormes, donde ya anidan mis recuerdos. Déjame decirte que me he acostumbrado a acariciar tus piedras de Villamayor. Me he acostumbrado al color dorado de tu piel. Al azul de tu cielo que se pone gris cuando me entristezco con la llegada del invierno. Y que llora en mis atardeceres sin crepúsculo.

Salamanca, no podría dejar de transitar por tu Rúa Mayor, que me lleva a la plaza de mis encuentros debajo del reloj. El que marca mis horas y mis días entre tus murallas que me envuelven en un abrazo eterno. Por si mañana no te lo puedo decir, quiero que sepas que en ti encontré la paz, esa que no se compra con dinero, sino a precio de sangre y mucho dolor. Me reencontré con Él y fijé mi estancia en una Estación donde pude recalar sin fecha de partida. Por si no te acuerdas, te digo que hice pacto contigo en la reconstrucción de tus muros. A cambio de que me protejieras en los tiempos de frío invernal. Quiero que sepas que si no te veo mis colores empalidecen. Quiero ver amarillearse el tiempo en otoño, despedirme de tus cigüeñas. Ver los esqueletos de los árboles para luego asombrarme cuando recobran la vida y el verde de la Esperanza. En Tejares tejí una cadena de amor para aprisionar a tus gentes y llevarlos hasta mi río que tiene aguas vivas y eternas que no se secan. Empújalos con ese poder que tienes para encantar a los que de ti gustan. En una especie de vasallaje de amor. Actúa como feudo protector que no el de antaño que esclavizaba.

Déjame recorrer tus alrededores. Bordearte por Monforte, La Alberca, El Cabaco, Miranda, San Martín, Cepeda… en la Sierra de Francia. Aun en Monleón donde se siente el abandono. Ver la belleza olvidada de las Quilamas… No quiero olvidarme de tus encinas, tierra charra. Olfatear la chacina. Embriagarme en tu sopa de ajo.Quiero recorrerte entera pues falta todavía. Volver a Ledesma y endulzarme en sus rosquillas. Perderme en Villaseco, Vitigudino… Perfumarme con los almendros en flor cerca de las tierras lusitanas, que me llaman con las saudades de un fado melancólico.

Salamanca, quiero escuchar el tamboril y la flauta. Comer unas patatas bravas por Anaya. Déjame clamar por los huérfanos de todos los tiempos, resguardada por los pilares del Fonseca. Clamar como una de las voces proféticas en busca de tu ayuda. No me impongas el ayuno involuntario de tus caricias. Déjame seguir construyendo fuertes que te guarden de los vendavales. De los vientos fríos del Norte. Déjame ser tu sur cálido que puede traerte palabra que alumbre tus senderos en medio de la niebla.

Déjame darte mi gratitud porque gocé de tu apacibilidad.

Jacqueline

PAPEL PARA AVIONES, antología de cuento y poesía, se presenta el 26 de junio

junio 24, 2021 a las 9:37 pm | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Miscelánea, Noticias y demás... | Deja un comentario
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La Academia Peruana de la Lengua, bajo la dirección del poeta Marco Martos, presenta PAPEL PARA AVIONES, antología de cuento y poesía, libro que recoge la producción de los egresados de la base 2019 de la Maestría de Escritura Creativa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

La presentación estará a cargo de los escritores Jorge Valenzuela, Giovanna Pollarolo y Marco Martos y se realizará el 26 de junio al mediodía desde la página de facebook de la Academia: fb.com/academiaperuanadelalengua

“El texto es una selección de los mismos creadores a partir de los cuentos y poemas presentados durante los talleres de la maestría, que conforman un volumen variopinto de propuestas y miradas diversas. En un contexto de crisis por la pandemia del covid-19, este libro es una prueba de que la literatura es también resistencia ante la muerte”, señaló Marco Martos Carrera, presidente de la Academia Peruana de la Lengua.

En el texto que precede a la muestra , el poeta Marco Martos escribe:

«…presentamos una muestra del trabajo literario de los alumnos ingresantes en el año 2019 y que en un año más serán nuestros egresados. Ellos son Rubén Barcelli, Renán Barrio de Mendoza, Jaime Cabrera, Talía Coloma, José Fernández del Río, Marco Antonio Fernández, Ana María Hernández, Daniel Lauz, Susan Lobato, Joel Mallma, Lisby Ocaña, Aarón Ormeño Hurtado, Bryan Paredes, Sebastián Reyes, Manuel Terrones, Jhemy Tineo Mulatillo, Luis Torres Montero, Antonio Vargas Altamirano y Alonso Izasiga. Ellos han invitado a esta antología a personas que nos han acompañado algunas semanas o algún semestre en nuestras pláticas, Wendy Castillo, John Durand, Yared Medina y Tamara Paloma. Lo que puedo decir de este conjunto de escritores con los que he compartido un año de veladas muy buenas para mí y tal vez para ellos es que siempre los voy a extrañar. En pocos grupos he visto a lo largo de toda mi carrera universitaria, que la literatura está viva no solo en lo que escriben o leen, sino en los ojos, en esa alegría de vivir hechizados por la palabra.»

Hermosa muestra. Vale, se disfruta.

La publicación, en su versión digital, está disponible para acceso y descarga pública y gratuita a través del siguiente enlace: https://apl.org.pe/publicaciones/papel-para-aviones/

Prensa:

Marco Fernández       WhatsApp: 949 126 648

José Fernández           WhatsApp: 940 169 011

Rubén Barcelli            WhatsApp: 946 348 876

PELÍCULA PERUANA ‘SAMICHAY’ SE ESTRENA EN ESPAÑA

May 27, 2021 a las 9:33 pm | Publicado en Artículos sobre Literatura | 1 comentario
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Exitoso film del director peruano Mauricio Franco Tosso, concursa en la 24° Edición del Festival de Cine de Málaga y se proyectará en la sección ZonaZine el próximo 10 de junio.

 La galardonada película peruana en quechua ‘Samichay, en busca de la felicidad’, dirigida por Mauricio Franco Tosso y filmada en las provincias de Quispicanchi y Canchis a más de 4 mil metros de altura, competirá en la sección ZonaZine en el marco de la 24° Edición del Festival de Cine de Málaga, cuya proyección se realizará el próximo 10 de junio.

La película ‘Samichay, en busca de la felicidad’, galardonada en nuestro país con mención de honor a ‘Mejor Ópera Prima’ y ‘Mejor Película Peruana’ del 2020, ha sido seleccionada (entre más de 300 películas de todo el mundo) en la sección  ZonaZine del prestigioso Festival de Málaga, que se realizará del 3 al 13 de junio de 2021.

‘Samichay, en busca de la felicidad’ cuenta con la participación del reconocido actor puneño Amiel Cayo, quien protagoniza a Celestino, un ermitaño campesino que vive en las alturas de los andes peruanos junto a su vaca criolla Samichay. “Por momentos parecen fundirse con el mismo cielo. No existe dios y tampoco el diablo. Estamos en las alturas de los andes peruanos, a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar, donde Celestino empieza un viaje de sanación con su vaca Samichay, desde la soledad y altura de las montañas hasta el caos de la urbanización y los pueblos”, detalla el cineasta peruano Mauricio Franco Tosso.

Cabe señalar que ‘Samichay, en busca de la felicidad’ es una producción de Quinta Imagen y Quechua Films, rodada en blanco y negro, íntegramente en quechua, cuya historia gira en torno al choque que existe entre lo rural y lo urbano.

Esta película peruana ha participado también en el Neighboring Scenes: New Latin American Cinema, del Lincoln Center, y actualmente es beneficiaria de la línea de apoyos Covid-19 del Ministerio de Cultura.

“Es un hito importante para ‘Samichay’ esta participación en el Festival de Málaga. Después de nuestro estreno en Perú, y de estar en el Lincoln Center nos toca llevar esta película a Málaga, donde los especialistas cinéfilos de todo el mundo podrán valorar el universo andino que representa la realidad de muchos países de América Latina”, comenta Franco Tosso, director de la película ‘Samichay, en busca de la felicidad’.

Mauricio Franco Tosso es un cineasta peruano, cuya obra audiovisual se ha proyectado en importantes festivales como Berlinale y el Lincoln Center. Además, obtuvo en el 2005 el Premio Casa de América por su cortometraje ‘El segundo amanecer de la ceguera’.

Para más información de la participación de ‘Samichay, en busca de la felicidad’ en la edición 24° del Festival de Málaga, pueden visitar el siguiente link: https://bit.ly/3bXtKti.

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