UN SOL PARA DESARMAR PENAS, Poemas de ETNAIRIS RIVERA

agosto 5, 2009 a las 2:33 am | Publicado en Escrito a lo lejos | 1 comentario

Etnairis

El agua entre las manos

 

Poesía, ópalo,

gracia, blancas flores,

una fuente que incita,

el viento que roza los cabellos,

el bosque y sus pájaros que no terminan,

un sol para desarmar penas,

el mar que no calla su rumor de algas,

el agua entre las manos.

  

Haiku

 

Poesía, luz

quetzal, me toca de astros,

mar esmeralda

 

Trato de emigrante

 

Cuando escuché su propuesta de amor

como quien planifica un trato

de emigrante aventura,

la oscuridad me persiguió 

y la noche no solía levantar

su gran presencia.

Cuando besó mi mano izquierda

como quien otorga

un anillo de fantasía,

un fluir eléctrico   

me avisó

de la catástrofe.

Supe que evadiría la luz

de los ojos de los pájaros.

y abandoné el mapa que sedienta inventé

  

El gozo en el camino

 

¿Qué rige el destino

de mis pájaros,

el amor por cada hombre del drama

o el trayecto entre la soledad y la poesía.

 Desnudo, embriagada de vida,

arrepentida

y muchas veces resuelta a volar tan alto

amo sin mesura y sin remedio.

 

No hay brida ni fortuna

que no sea este gozo en el camino…

 

Saudade

 

Este poema no es para él

no es para ninguno de los desmemoriados

amores de un rato

que me acompañaron.

Se lo debo a la vida, a los pájaros

que cruzan al ras de mi cabeza,

a la diosa

que protege mis caminos y mis células

del atrevimiento y la tristeza

para que no se desordenen ante el desamor.

Lo escribo a la orilla del mar

que me fecunda, me abraza,

intenta ahogarme, me inunda, me olvida,

me perdona, me sana,

por el que entra saudade.

Se parece a él, pero no lo es.

Tiene nombre divino por estas latitudes.

Se lo debo a la costa donde medito lo que fue

y al volcán donde fue.

Este poema es para el momento

en que el amor viene.

 

Etnairis Rivera, poeta que en estos días visita Lima con motivo de la presentación de su más reciente obra,  nació  en el Viejo San Juan, Puerto Rico, y ertenece a la Generación literaria de los años ’70. En el 2006, recibió el Gran Premio Alejandro Tapia y Rivera de las Letras otorgado por el P.E.N. Club de Puerto Rico por obra literaria destacada en toda una vida. Escribe poesía, cuentos, ensayos y guiones teatrales y televisivos para el programa cultural  En la punta de la lengua de TUTV. Etnairis Rivera es Catedrática de Literatura Hispánica en la Universidad de Puerto Rico.

Su poesía, que le ha valido numerosos premios,  ha sido traducida al inglés, francés, portugués, sueco y árabe, y publicada en diversas antologías y revistas. Es autora de los poemarios WYdondequiera  (1974), María Mar Moriviví  (1976), Canto de la Pachamama  (1976), El día del polen  (1981): Entre ciudades y casi paraísos  (1995, 2º edición, 1989), El viaje de los besos/ De la flor, del mar y de la muerte  (2000), Intervenidos  (2003) , Memorias de un poema y su manzana  (poesía y cuentos,  2005), Return to the sea  (2007) y Los pájaros de la diosa  ( 2009).

Los poemas han sido tomados de Los pájaros de la diosa, Arboleda Ediciones (Costa Rica) en coedición con Editorial Instituto de Cultura Puertorriqueña. Prólogo de Ana Istarú, 2009

 Tags: Etnairis+Rivera , Poesía+Puerto+Rico , Poemas+de+mujer

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Recuerdos como guitarras. Poesía de ANA MARÍA INTILI

abril 10, 2008 a las 1:15 am | Publicado en Escrito a lo lejos | 6 comentarios

 

SOÑANDO OLVIDO

 

 

 

olvido

estoy hambrienta de aquí

 

aquí

la niña con miedo

la de los amaneceres callados

y de las noches con frío

la que cambió tierra por tierra

cargando culpas ajenas

la que vendió el dolor

a precio de nada

 

aquí

aún soñando olvido

y bendiciendo la vida

vivo

 

 

A WALTER PALACIOS

 

a veces

no duele tanto el autoexilio

(que es mi caso)

 

otras

las venas se abren

cae la sangre

escribe 

mi vida ciega

por el camino

 

no importa

qué vá!!!

 

si quedan

 

tres hijos para la patria grande

un amor

y este poema

 

para el amigo.

 

 

DONATO INTILI       

 

                                               a mi padre

 

 

 

En mis sueños lo veo entrar

 

            cada mañana.

 

Su mirada atraviesa el tiempo

 

             labios quietos

 

su voz vuela en la nostalgia.

 

     El sol trepa la ventana

 

mis zapatos calzan la alegría

 

            del encuentro.

 

 

 

                      Todavía sus manos

 

                            acarician

 

               la almohada tibia de recuerdos

 

donde duermen apretadas una guitarra y mi garganta

 

 

HERENCIA

 

       hunde tus manos  

  en la masa del recuerdo

       saca los pedazos

              júntalos

               únelos

                átalos

   reconocerás tu sangre

      late en las cenizas

    de los que se fueron

 

 

ANA MARÍA INTILI (San Miguel de Tucumán, Argentina, 1950) médica neuróloga que reside en el Perú desde 1975. En 1979 obtuvo la especialidad por la Universidad Mayor de San Marcos y  en 1987 fundó el Servicio de Neuropediatría del Hospital Edgardo Rebagliati Martins.

Ha participado en  talleres de literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en diferentes Encuentros Literarios. En el año 2001 publicó la plaqueta Soñando Olvido.  En su libro La niña de San Miguel reunió  62 poemas escritos entre 1999 y 2005. La Academia Iberoamericana de Poesía auspició la primera edición en Valparaíso, 2005. La segunda edición, con prólogo de Rocío Castro, se publicó en Lima por Editorial San Marcos, en el  2006. Algunos textos han sido  traducidos al italiano por la poeta peruana Gladys Basagoitia.

 

 

 Tags: Poesia+exilio  / ana+maria+intili

 

Suficiente música de fondo… Poemas y prosa de Alfredo Pérez Alencart

marzo 26, 2008 a las 4:51 pm | Publicado en Escrito a lo lejos | Deja un comentario

perezalencarten-salamanca.jpg

AQUELLOS PECES

AQUELLOS peces
hacen que no confundamos los ríos
ni la brisa del bosque,
ni esos encendidos crepúsculos.

Cerremos los ojos.
Retrocedamos a la imborrable juventud
que pertinaz desemboca
en el inagotable caudal del Madre de Dios.

Los grandes peces van llegando a las orillas
en misteriosa procesión.
Recogemos sus puras presencias,
mientras unas garzas se posan
de improviso
en la canoa de los recuerdos.

Madre Selva, Salamanca, 2002

DIGO TODAVÍA

Rostros que no desaparecen
pájaros que no se pierden.

Todavía apoyo el corazón
donde se trasmutan las distancias.

Todavía obtengo costuras del pasado
aires incólumes de la tierra
y hasta cierta eternidad caritativa.

Digo todavía
como quien demora un trueno
sólo para no salirse de los recuerdos
que ahora le alimentan.

Madre Selva, Salamanca, 2002

MUJER DE LA MAÑANA

TAMBIÉN te amo
cuando tu rostro me despierta a las siete y treinta
e inaugura el nuevo día con la ternura
de unos labios carentes de carmín.
Contemplarte refugiada entre las sábanas
resulta suficiente para trazar la caminata
que supera el desencanto y encara
el agrio jornal y la envidia de quienes escrutan
demasiado el insistente vuelo.

Me despierto y la oscuridad es ya algo menos.
Luego piso con ganas las sombras huidizas
y constato que existo sin puntos suspensivos:
Hay suficiente música de fondo en tu quietud
que – embriagado por el exceso – busco
abocetar en el fondo de mis ganas.

No abro la ventana aún.
La intimidad deja huellas de timidez, de torpezas
o de placeres imborrables. La mesura se impone
en estos minutos apacibles donde el amor de uno
se mastica en silencio, con los gestos que permiten
ir tejiendo – de locos presagios – la piel
o el vergel que te recubre.

Me fuiste enviada para evadir el naufragio cotidiano
y por ello te soplo un beso ingenuo
mientras salgo en busca del jornal.

La voluntad enchizada, Madrid, 2001

QUÉ PUEDO HACER DESDE ESTA LEJANÍA

¿Qué puedo hacer desde esta lejanía sino sentir las cosas? Por ello admito que mi corazón incremente su palpitar cuando se nombra esa luminosa posesión de los confines. Allí, en mi infancia, el asombro surgió cuando descubrí el vuelo centellante de las luciérnagas. Entraba la noche de repente, como suele hacerlo en la Amazonía; los mayores charlaban en el patio de todos los encuentros, mientras yo cruzaba el potrero para acercarme a un imponente barranco, desde cuya altura el río Madre de Dios se contempla en todo su esplendor. Al volver pude apreciar – por el bosque contiguo al caserío – un enorme manto de luciérnagas moteando de fuego la intemperie de mis primeras alegrías, hoy multiplicadas por los susurros de la memoria, una memoria que no olvida aquella silente procesión de diminutos candiles por ese engalanado crepúsculo de La Pastora.

Posesión entre luciérnagas, Salamanca, 2002

CUANDO SE SIENTE LA CIUDAD

NO serás sino aquel hombre que celebre su ciudad
a cada instante, en todo campanario o torre
profanadora de los vientos.

No habrá fatigas. Ningún demiurgo
dictará qué tejados y qué terrazas
formarán parte de tus recuerdos.

No descubrirás otro cielo como éste
propicio para las apariciones
de cuencos de luz
y escarcha.

No tendrás poltronas sino presencias
No recibirás alabanzas sino mutismo.
No harás parloteos sino culminaciones.

No podrás irte de ella
pues su sombra estará dispuesta a amanecer
en las cornisas de cualquier ciudad extraña
hasta saturar tu memoria con el fuego de tu nombre.

La voluntad enchizada, Madrid, 2001

• La ciudad aludida en el conjunto titulado “El perímetro donde me levanto” es Salamanca. En la Inscripción que abre el libro el poeta señala: “Este es el libro de amor que adeudaba a Salamanca, su provincia y sus gentes, por haberme acogido durante quince inviernos de fortuna”.

Alfredo Pérez Alencart

Nació en Puerto Maldonado, Madre de Dios en 1962. Desde 1987 reside en España, en la ciudad de Salamanca, donde ejerce la docencia en la Universidad de Salamanca y realiza una infatigable labor de promoción cultural como director del Centro de Estudios Ibéricos director del Centro de Estudios Ibéricos y Americanos (CEIAS), de la Sociedad de Estudios Literarios y Humanísticos “Alfonso Ortega Carmona” (SELIH) y de la revista “El cielo de Salamanca”.

Su poesía que “canta espacios y gentes” en el decir de Carmen Ruiz Barrionuevo, ha sido reunida en: La voluntad enhechizada (2001 reeditada en portugués en 2004), Madre selva (2002), Ofrendas al tercer hijo de Amparo Bidon (2003). También ha publicado textos narrativos como Posesión entre luciérnagas (2002) y el cuaderno Itinerario de los huéspedes (2005).

Entre 1992 y 1998 fue secretario de la Cátedra de Poética “Fray Luis de León” de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Sobre su labor de difusión baste mencionar la publicación- en múltiples ocasiones con la colaboración de Jacqueline Alentar- de la poesía completa de Gastón Baquero y antologías de la obra de Gonzalo Rojas (Chile), Alejandro Romualdo (Perú), José Hierro (España), Olga Orozco (Argentina), Jesús Hilario Tundidor (España), Reynaldo Valinho (Brasil), António Salvado (Portugal), Ramón Palomares (Venezuela), Francisco Brines (España) o Carlos Contramestre (Venezuela), entre otros.

Tags: poetas+peruanos

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