La celebración de las Letras en San Marcos

abril 29, 2007 a las 12:05 am | Publicado en Comentarios diversos | 1 comentario

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Y se cumplió con gran éxito. La poesía, la narrativa y las experiencias editoriales desde el martes 24 hasta el viernes 27 hicieron honor a abril, Mes de las Letras en el Perú.

Éxito de convocatoria, calidad en las múltiples exposiciones y lecturas. Entusiasmo y alegría a lo largo de un variado programa cumplido en locales diversos como el Auditorio Sebastián Salazar Bondy de la Biblioteca Pública de Lima, la Casa Museo José Carlos Mariátegui, Commentarios Librería y Arte, el Auditorio Asociación de Artistas Aficionados, el Café-Bar De Grot y el Auditorio principal de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM en Ciudad universitaria.

Los integrantes del Grupo Cultural Nudo de Voces, Club de la Serpiente, Prima Fermata Literaria, El jinete de la tortuga,Noviembre Catártico, Grupo Maldoror, Grupo Ónice, Artesanos, Epreis Nemes; así como los editores Ajos y Zafiros, Ginebra Magnolia, Sarita Cartonera, Tranvías Editores, Bizarro Ediciones, Borrador Editores, demostraron una vez más la vitalidad de la literatura y de las otras manifestaciones artísticas presentadas.

En la fecha final, los invitados recordamos y rendimos homenaje a nuestro poeta José Watanabe pero estuvimos contentos y agradecidos por la invitación a participar en este II Encuentro de Escritores y editores samarquinos que terminó por todo lo alto en el segundo piso del restaurante Wa Lok.
Todo buenísimo. Un gran abrazo, muchachos.

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También ver: La Historia de la Facultad de Letras de San Marcos en un  Mural. Sus símbolos.

LA HISTORIA DE LA FACULTAD DE LETRAS DE SAN MARCOS EN UN MURAL. Sus símbolos y detalles de su producción.

JOSÉ WATANABE «Si me atrevo y abro la ventana…»

abril 27, 2007 a las 12:46 am | Publicado en JARDIN DE DELICIAS | Deja un comentario
Florero delante de una ventana. Marc Chagall, 1959

Florero delante de una ventana. Marc Chagall, 1959

CHAGALL

Si me atrevo y abro la ventana
puede suceder:
el cielo gris con su golondrina completamente natural
o dos amantes sobre el mismo cielo anunciando el verano.

Soy un hombre cauto,

estoy acostumbrado a los días
y temo los milagros no previstos en el programa.

Chagal ha detenido su largo vuelo sobre mis libros,
viene de sobrevolar los campos y las aldeas,

ha estremecido

los árboles
ha derribado

los frutos
la manzana

que descalabró los ojos miopes de Sir Isacc Newton.

Le digo que no crea

que yo también entreveo la posibilidad de volar,
de caminar por el cielorraso
de invitar a las muchachas
a mirar la ciudad desde arriba.

Chagal sonríe y sabe

que un hombre cauto

no puede huir de la cordura.

Si me atrevo y abro la ventana sé lo que puede suceder:

un hombre que se va sobre el aire
inventando
con un violín rojo
una serenata.

José Watanabe

Album de familia Lima, 1971

MI ALAMEDA, la de los descalzos

abril 23, 2007 a las 1:06 am | Publicado en Algunas fotos, Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Creación, MIS POEMAS | 11 comentarios


ALAMEDA

El silbato de una fábrica
muy temprano
me abría los ojos

(La niebla sube
y asoman su rostro
blanquísimas estatuas
observando
mis primeros pasos)

Ojos del recuerdo
traen mi alameda
de las tardes larguísimas
con mamá y mis hermanas
atrapando toda la luz posible
todo el aire posible
para llevar a casa
donde era el amor
lo único abundante.

Ojos del recuerdo
la devuelven
nocturna
con sus frailes decapitados
sus gruesas cadenas arrastrándose
traen
su olor vegetal
y la niña
que juega con magnolias
y cae
al firmamento.

Ojos del recuerdo
traen intacta
mi alameda
la de los descalzos

En: Tierra de todos, 1989

Más textos en : Mis poemas

Actualización: Algunas fotos de mi constante volver

Fuente y al fondo la Iglesia de los Padres Descalzos

Visita durante la exhibición de fotografías de obras destacas del Museo del Prado. Al fondo la escuela en la que cursé la educación secundaria. Setiembre, 2016

Viernes Santo, 2018

Delante de la escuela donde cursé la educación primaria. Instituto del Carmen Sevilla.

En el Paseo de Aguas. Espacio construido por el virrey Amat y Juniet en homenaje a Micaela Villegas.

 

 

Iglesia de Santa Liberata, construida en el siglo XVIII por el virrey Diego Ladrón de Guevara.

A VECES EL HOMBRE CONFÍA DEMASIADO EN EL SILENCIO. Sebastián Salazar Bondy

abril 21, 2007 a las 12:10 am | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Documentos, Literatura y Periodismo | 2 comentarios
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sebastian.jpg Sebastián Salazar Bondy

El corazón puesto a prueba

Sólo quiero decir
que a veces el hombre confía demasiado
en el silencio, en esa oscura cueva de lobos
y entra mortalmente en sus culpas.
Las toca suave, con algo de rubor,
pero paciente, pulcro, sin temores.

Integrando el libro Confidencias en alta voz, publicado en 1960, este poema forma parte de un conjunto titulado “Tres valses criollos” y en él Sebastián Salazar Bondy desde el primer verso anuncia el propósito de develar una honda introspección. Silencio confiado con el que se ingresa a esa cueva de lobos (notable imagen en contraste con el silencio) que es la conciencia de la culpa. No hay temor sin embargo, sino asunción de los actos que pudieran haberla provocado, casi diríamos que hay un solazarse en la evocación

Es cuando los cimientos crujen,
todo aquel edificio de memoria padece y se sacude,
y no hay en él nada que permanezca
ajeno al estremecimiento de la muerte.

Curiosamente, en los versos siguientes se produce una ruptura: la noción dominante es la de destrucción, de falta de sosiego. Todo peligra y se socava. La muerte de la memoria es obviamente el olvido o el deseo de olvidar. ¿Por qué el yo poético experimenta esta necesidad? Las pistas las encontramos en el siguiente apartado:

A qué quedarse así – pregúntase – a qué
llamarse a sí mismo hombre, es decir, razón
llamarse a sí mismo naturaleza,
llamarse a sí, con un apodo ilustre,
rey, doctor, clérigo, soldado,
o, simplemente, señor de sus locuras?

Los conflictos entre naturaleza y razón, constantes del mundo interior, son expuestos aquí. La condición humana se juega, para el poeta, en la razón,. Pero no puede negar que ella se manifiesta en una dimensión biológica, natural. De otro lado, no son las únicas dimensiones de lo humano y por ello la mención a los papeles sociales que toca, a cada quien representar, esos “apodos ilustres” socialmente reconocibles. Presente aquí el malestar que sufre un ser humano escindido. Sujeto individual que se ve alienado tanto con respecto a los productos de su actividad, como con respecto a sí mismo. (Adam Schaff).

En el caso del arte y la literatura los movimientos de vanguardia expresarían en su momento la desazón del ser humano que se resiste ante la gran maquinaria que lo succiona y lo disuelve. Y también encontramos aquí otra dimensión, la de la fantasía, la de la ausencia de explicaciones de orden lógico. “Simplemente, señor de sus locuras.” Maravillosa conjunción de esferas. Ser, vivir, es también asumir el señorío de la locura, de la libertad de la imaginación.

Es verdad, el corazón resiste poco,
es viejo, triste, y anduvo entre recuerdos
como un pastor entre animales salvajes,
entre lluvias y vientos,
débil voz en el estruendo de los días
Sólo quiero decir
que a veces el corazón está terriblemente solo.

¿Qué queda de esta mirada a los pliegues de la memoria? Desolación y tristeza. La conciencia de una afectividad indefensa ante los embates, se expresa con la imagen de un pastor apacible, caminando entre elementos hostiles: “animales salvajes”, “lluvias y vientos”, “estruendos de los días”. Es triste el tono del verso final. El momento de introspección ha terminado: Se constata soledad pero ésta se atenúa con el adverbio “ a veces”.

Sebastián Salazar Bondy (Lima 1924 – 1965) no sólo fue un importante poeta de la generación del 50, sino también uno de sus más notables narradores, dramaturgos y promotores culturales.

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DEFENDER LA ALEGRÍA

abril 15, 2007 a las 8:52 pm | Publicado en JARDIN DE DELICIAS | Deja un comentario

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Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría

Mario Benedetti

Cotidianas (1978-1979).

VALLEJO, ABRIL Y EL DESEMPLEO

abril 12, 2007 a las 12:16 pm | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Miscelánea | 12 comentarios

Parado

PARADO EN UNA PIEDRA…

Parado en una piedra,
desocupado,
astroso, espeluzante,
a la orilla del Sena, va y viene.
Del río brota entonces la conciencia,
con peciolo y rasguños de árbol ávido:
del río sube y baja la ciudad, hecha de lobos abrazados.

El parado la ve yendo y viniendo,
monumental, llevando sus ayunos en la cabeza cóncava,
en el pecho sus piojos purísimos
y abajo
su pequeño sonido, el de su pelvis,
callado entre dos grandes decisiones,
y abajo,
más abajo,
un papelito, un clavo una cerilla…¡Este es, trabajadores, aquel
que en la labor sudaba para afuera,
que suda hoy para adentro su secreción de sangre rehusada!
Fundidor del cañón, que sabe cuántas zarpas son acero,
tejedor que conoce los hilos positivos de sus venas,
albañil de pirámides,
constructor de descensos por columnas
serenas, por fracasos triunfales,
parado individual entre treinta millones de parados,
andante en multitud,
¡qué salto retratado en su talón
y que qué humo el de su boca ayuna, y cómo
su talle incide, canto a canto en su herramienta atroz, parada,
y qué idea de dolorosa válvula en su pómulo!

También parado el hierro frente al horno,
paradas las semillas con sus sumisas síntesis al aire,
parados los petróleos conexos,
parada en sus auténticos apóstrofes la luz,
parados de crecer los laureles,
paradas en un pie las aguas móviles
y hasta la tierra misma, parada de estupor ante este paro,
¡qué salto el retratado en sus tendones!
¡cómo chilla el motor en su tobillo!
¡cómo gruñe el reloj, paseándose impaciente a sus espaldas!
¡cómo oye deglutir a los patrones
el trago que le falta, camaradas,
y el pan que se equivoca de saliva!
y oyéndolo, sintiéndolo en plural, humanamente,
¡cómo clava el relámpago
su fuerza sin cabeza en sus cabeza!
y lo que hacen, abajo, entonces ¡ay!
más abajo, camaradas,
el papelucho, el clavo, la cerilla,
el pequeño sonido, el piojo padre!

El lenguaje de la poesía es polisémico, conjuga la  realidad objetiva y subjetiva en un juego que apela a la capacidad interpretativa del lector que ingresa al mensaje en clave de poesía, es decir, dispuesto a una experiencia comunicativa de tipo especial. El poema se inicia con la imagen que sirve de título en la que se presenta al desocupado parado en la estrechez y dureza pétrea. Lo llama astroso y espeluzante (adjetivo que es creación vallejiana), y lo vemos caminar, lo imaginamos, sin rumbo o en angustiosa espera: “va y viene”, mientras observa la ciudad reflejada en el río Sena, la ciudad que amenaza porque está “hecha de lobos abrazados”.

 

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César Vallejo, peruano universal, uno de los grandes en la poesía del siglo XX, murió en abril y desde hace algunas décadas este mes se asocia invariablemente a la literatura en el Perú.

Las fechas son la ocasión para volver a los textos una vez más y hallar en ellos la voluntad enunciadora de quien tomando los rasgos esenciales de una época es capaz de seguir diciendo cosas importantes y siempre vigentes a los hombres y mujeres de generaciones posteriores.

¿Cómo logra Vallejo esa fuerza perenne e incandescente? Leer, por ejemplo, “Parado en una piedra…”, nos brinda de inmediato la respuesta: Por la humanidad que trasciende épocas y posturas. Es la presencia del ser humano mirado con infinita ternura, por un lado, y es también y sobre todo el conjunto de elecciones y combinaciones capaces de expresar y transferir estéticamente una determinada realidad observada y referida.

“Parado en una piedra…” es un poema consignado en Poemas Humanos, libro cuya creación se sitúa entre 1929 y 1932 vale decir en momentos que el desempleo golpea con fuerza distintos lugares del planeta. Por eso, el símbolo elegido es el trabajador despedido, desocupado, parado.

La angustia y el desamparo que padece este trabajador desocupado se intensifica en el segundo apartado. El poema nos recuerda cómo ve la ciudad “monumental”, mientras él lleva “sus ayunos en su cabeza cóncava”, pero también “en el pecho sus piojos purísimos.”

La ciudad es el símbolo de la modernidad y el desarrollo, el lugar donde se debiera cumplir los sueños de la gente pero el desocupado  la ve desde sus carencias, la mira desde el hambre;  por eso la importancia que cobra el sonido de su pelvis, su soledad y su silencio cuando cabizbajo hurga en el piso y es capaz de descubrir los que otros, los satisfechos, no mirarían: “un papelito, un clavo, una cerilla”.

En el tercer conjunto la voz poética se dirige al resto de trabajadores y recurre a imágenes de enorme poder expresivo señalando el sufrimiento personal, concreto, de este “parado individual entre treinta millones de parados”.

La imagen del sudor, desde siempre asociada a trabajo productivo y dignificante aparece aquí ilustrando la exclusión de este ser que ahora “suda para adentro su secreción de sangre rehusada”. Fundidores, tejedores, albañiles, es decir, son trabajadores de distintas especialidades los que sufren el flagelo. Ellos y sus herramientas íntimamente vinculados (“cómo su talle incide, canto a canto, en su herramienta”) están detenidos e inútiles por el paro.

Junto a las herramientas – en el cuarto y más extenso fragmento – los materiales que sirven para la producción el hierro, las semillas, el petróleo, las aguas móviles sufren al igual que el hombre la inacción que no permite “crecer los laureles”, no permite realizaciones.

El dolor ante la falta de empleo adquiere connotaciones cósmicas “la tierra misma, parada de estupor ante este paro”, para volver luego a sentirse en el propio cuerpo en “el salto retratado en sus tendones”, en su caminata improductiva “sus cien pasos”, mientras “chilla el motor en sus tobillos”. Y, en contradicción con su espera o paseo angustiado, el tiempo que sigue su marcha y se torna también en amenaza, por eso el poeta lo presenta gruñendo “paseándose impaciente a sus espaldas”.

La comparación con los que poseen los bienes de este mundo surge dolorosa. Ante sus necesidades inmediatas no resueltas, comer, beber, se presenta el disfrute de los otros y así “oye deglutir a los patrones/ el trago que le falta” y observa anhelante “el pan que se equivoca de saliva”. Y todo esto lo siente y comprende no sólo en su drama personal sino “en plural, humanamente”. El hambre y la desesperación no logran abolir la dignidad de su condición humana aunque siga mirando, auscultando qué puede serle útil “el papelucho, el clavo, la cerilla” y también “el pequeño sonido, el piojo padre”.

Ante el hecho actual -y planetario – de desempleo brutal, horror de una economía que soslaya al ser humano, este poema escrito en las primeras décadas del siglo XX , que no termina de pasar, mantiene su fuerza demostrativa del sufrimiento de los excluidos, los débiles, los humillados y ofendidos.

Realidad que se nos pone a la vista:  el desempleo en toda su crueldad intrínseca. Poesía de alta estirpe, discurso elaborado con excelencia formal y profunda vocación humanista.

Sonia Luz Carrillo•

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También ver:  Sentido y estilo del humor en Vallejo

DIFÍCIL OLVIDAR. Esa mancha llamada FUJIMORI

abril 11, 2007 a las 12:36 am | Publicado en Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Documentos, Noticias y demás... | 11 comentarios
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En estos días que se discuten cercanías y vergonzantes alianzas es útil recordar por qué Fujimori mancha.

Elegido en medio de una gran esperanza en 1990, Alberto Fujimori llegó al 2000 como el presidente que en 1992 había clausurado el Parlamento y producido el autogolpe, como se ha recordado, el 5 de abril.

En 1993, la nueva Constitución trajo la reelección presidencial para un segundo periodo. Reelegido en 1995, al año siguiente su mayoría parlamentaria aprobó mañosamente la Ley Nº 26657 “interpretando” el artículo 112º de la Constitución Política del Estado. La llamaron “ley de interpretación auténtica» y en 1997 fueron destituidos los tres Magistrados del Tribunal Constitucional que denunciaron su inconstitucionalidad.

Dos años antes, el 25 de mayo de 1995, “festinando trámites” (La República, El Comercio 26 y 27.05.95 y otras fuentes) la alianza Cambio 90- Nueva mayoría del Congreso  aprobó la ley 26457 de intervención en las universidades públicas.

De manera apresurada, como informó en primera plana El Comercio, “San Marcos fue intervenida 24 horas antes del plazo previsto”.  Se usó la fuerza y se maltrató injusta y prepotentemente a una comunidad que venía luchando, valerosamente y con éxitos, contra el terrorismo. Se impuso a un interventor ampliamente cuestionado y se inició una etapa vergonzosa donde se enseñoreó la prebenda, el acomodo y la traición.

Con el Poder Judicial y las universidades nacionales intervenidas,los sectores más informados de la sociedad iniciaron las protestas mientras se producían las denuncias por la interceptación telefónica que sufrían diversos personajes políticos y periodistas.

En 1997, salió a la luz el caso de la agente del Servicio de Inteligencia Leonor La Rosa, retenida en el Hospital Militar por haber sido objeto de crueles torturas, así como el asesinato y descuartizamiento de la agente Mariela Barreto.

En febrero del 98 la Comisión de Derechos Humanos de la ONU recibe en su 54 período de sesiones la denuncia sobre violaciones producidas por el régimen.

Cuando en diciembre de 1999 Fujimori anunció que postulaba para un tercer mandato se agudizó la crisis política. Difícil olvidar los alegatos de la oposición y de los Colegios de Abogados ante el Jurado Nacional de Elecciones vilmente comprado. Intensa actividad jurídica y de movilizaciones que culminó con la frase de Vladimir Paz de la Barra, decano del Colegio de Abogados, quien sintetizó el estupor y la indignación: “chino de m…”

Danza con lobos. Los medios del miedo.

Arreciaron mítines, marchas y manifestaciones en todo el país. Sin embargo, fueron sistemáticamente silenciados por los medios de comunicación.

¿Por qué actuaron así los grandes medios?  A fines de 1999, de los siete canales de señal abierta, cuatro estaban bajo administración designada por el Poder Judicial. El quinto es de propiedad estatal; en el caso de Frecuencia Latina, el principal accionista, B. Ivcher fue desplazado de la administración y el sétimo lo conducía un ex ministro del régimen. A la fragilidad jurídica se sumó la recesión económica y, sobre todo, la falta de ética de los dueños, administradores y comunicadores. Noticieros, reportajes dominicales, reality show y aun programas cómicos o juveniles se pusieron a disposición del SIN.

Entre los medios escritos, La República y la revista Caretas, de oposición, vieron disminuir sus ingresos por la presión gubernamental sobre agencias de publicidad y anunciadores; y la escasa  o nula publicidad  estatal.

En el caso de La República y tal como se lee en un documento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el método utilizado fue la publicación de un periódico apócrifo, llamado Repúdica del que se regalaban los ejemplares.  Todas las ediciones  de este pasquín estuvieron   dedicadas  a atacar a  periodistas y al ingeniero Gustavo Mohme, propietario del diario original.

La publicidad estatal se concentró en la televisión. El diario Liberación jamás tuvo publicidad y a El Comercio le reabrieron un juicio.  Expreso, sí contó con  publicidad estatal y sus directivos, compraron con dinero del SIN un canal por cable dedicado a noticias (Canal 10).

Según la Asociación Nacional de Anunciantes ANDA, en el 2000,  año electoral, el total de inversión en publicidad de las entidades del estado fue de 32.506.791.00 de dólares USA.
(Fuente: Supervisora de Medios y Publicidad S.A. En: Anda, Julio 2000 Pág.9).

Difícil olvidar el aumento de diarios sensacionalistas cuyas portadas insistían en los éxitos del ex presidente junto a noticias inventadas de sexo y la extrema violencia. A El Chino, aparecido en el 95, se sumaron La Chuchi en 1996, El Chato y El Tío en 1998, Más y El Men en 1999, entre otros.

Su función fue demoler la imagen de los opositores en un manejo psicosocial de las informaciones que conjugó el temor al regreso del terrorismo con la promoción de otros miedos, a la  par de   complejos problemas.

Así, Alberto Andrade fue acusado de insensible con los pobres por su calidad de criollo limeño en un país de conflictos étnicos; Luís Castañeda, caracterizado como inestable emocional; Alejandro Toledo, desde que empezó a figurar en las encuestas y a encabezar multitudinarias marchas de protesta fue identificado como violentista.

A tal punto llegó la situación que algunos trabajadores de un diario creado para tal fin, El Chato, renunciaron   denunciando que el propietario recibía US$6.000,00 por titular publicado, el cual llegaba al periódico  y  de inmediato debía inventarse la noticia.  Obviamente, el propósito no era vender el diario sino manipular la percepción de la gente al exhibirlos en cada esquina.

En el caso de la radio, el poderoso grupo  empresarial  RPP comprometió su apoyo al régimen- algunos de sus periodistas fueron luego procesados por el Poder Judicial- mientras tanto,  algunas emisoras independientes ante la difícil situación económica  optaron por el alquiler de sus espacios a empresas e instituciones.

Reiniciada la vida democrática la Fiscalía Anticorrupción inició la denuncia de propietarios y directores de medios corrompidos por Fujimori y Montesinos. Muchos de sus operadores, sin embargo, siguieron y siguen en actividad.

Un régimen contra la vida

Punto aparte son los crímenes cometidos por el gobierno de Fujimori, Montesinos y la cúpula militar. El número exacto tal vez nunca se conozcan.

Fue un régimen que llegó a atentar contra la vida hasta el punto que miles de peruanas pobres, indígenas y campesinas fueron esterilizadas por la fuerza y sin su consentimiento.

Hasta el medio ambiente sufrió la acción nefasta del régimen. La importación de vehículos chatarra decretada en el 96 incrementó la contaminación en las ciudades y el número de accidentes. Esta importación, según denuncia de Susana Higuchi, se decretó para favorecer a Santiago Fujimori quien traía autos usados a través del puerto chileno de Iquique.

Imposible olvidar que esta y otras denuncias le valieron a la propia esposa de Fujimori crueles represalias.

Sufrió el país. Fue herida la moral de un pueblo al elevarse a nivel de virtud sus más execrables vicios.

Risa cachacienta y manos sucias

La imagen de Fujimori mostrando las manos sucias al lado de Keiko Fujimori, su inefable hija , y la imagen final de su huida a Brunei, risa cachacienta y manos sucias en alto (corrupción a niveles nunca antes vistos) , son definitivamente imposibles de olvidar.

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Tags: Fujimori / extradición

LITERATURA EN SAN MARCOS, COMO SIEMPRE!

abril 7, 2007 a las 3:49 am | Publicado en Comentarios diversos, Noticias y demás... | 3 comentarios

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No pasa un día que en San Marcos no se realice una actividad importante en alguna de sus Facultades. Así es la Decana de América creativa productora de cultura. Y así ha sido siempre, incluso en sus momentos más difíciles.

La Universidad de San Marcos, la de mayor número de especialidades (53 áreas académicas en sus veinte facultades, veinte Unidades de Post Grado y diversos Institutos de Investigación), la del más alto número de profesores, la de miles de alumnos y graduados, la del cuerpo administrativo más numeroso de todo el sistema universitario, nunca dejó de crear. Antigua y permanentemente inquieta ahora se prepara a celebrar su 456 aniversario.

A la comunidad sanmarquina nada le es ajeno. Plural y múltiple, toda inquietud cabe en su compleja realidad. La Literatura es pan de cada día. Y los estudiantes son siempre el alma de la fiesta.

Por eso no sorprende que el Grupo Cultural Nudo de Voces y un colectivo de jóvenes estudiantes hayan organizado el II ENCUENTRO DE ESCRITORES Y EDITORES SANMARQUINOS. El mismo que tiene como antecedente el realizado el 2006 por iniciativa de un grupo de alumnos de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas bajo el título “La poesía empieza por casa”.

Este año la fiesta comienza el martes 24 y la seguiremos hasta el viernes 27 de abril. El propósito es promover la obra creativa de los grupos literarios, escritores y editores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a partir de la realización de mesas de lectura, conversatorios, presentaciones de libros y una feria expositiva editorial.

Como anuncian los organizadores, a fin de llegar a la mayor cantidad de público las presentaciones este año se han descentralizado. Así, la Biblioteca Pública de Lima, la Casa Museo José Carlos Mariátegui, el Auditorio de la Asociación de artistas aficionados, el Café- Bar De Grot, la Librería Comentarios y el Auditorio de la Facultad de Letras de la UNMSM serán los espacios donde se mostrará la producción literaria de los sanmarquinos. Y también habrá teatro, danza, y música.

Los integrantes de Nudo de voces confían que la participación de poetas y narradores como Rocío Silva Santisteban, Sonia Luz Carrillo, Doris Moromisato, Víctor Coral, Dalmacia Ruiz Rosas, Óscar Limache, Roxana Crisólogo, Carlos Yushimito, Hidalgo Calatayud, Patricia Colchado, Rosario Rivas, Virginia Benavides, entre muchos otros, no sólo confirmen la tradición sanmarquina sino que propicie el acercamiento entre editoriales y escritores.

Ahí nos vemos!

Contactos:
Grupo Cultural Nudo de Voces
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Av. Universitaria s/n, cuadra 34 – Lima
C. 96981697 – 91086070

encuentrosanmarquinos@gmail.com

nudodevoces@yahoo.com

También ver: La celebración de las letras en San Marcos

La Historia de la Facultad de Letras de San Marcos en un mural. Sus símbolos.

LA HISTORIA DE LA FACULTAD DE LETRAS DE SAN MARCOS EN UN MURAL. Sus símbolos y detalles de su producción.

AUNQUE NO HUBIERA CIELO, yo te amara…

abril 4, 2007 a las 12:18 pm | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comunicación y Cultura, JARDIN DE DELICIAS, Miscelánea, Noticias y demás... | 22 comentarios
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NO ME MUEVE, MI DIOS, PARA QUERERTE

No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido, muéveme ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera.

 

 

 ANÓNIMO. Se atribuye tanto a Teresa de Jesús, Juan de la Cruz como a Francisco Javier. La presente versión, con ligeras alteraciones en la puntuación, la tomo de una de mis joyas bibliográficas (regalo de mi abuelo Ramón  Mauriz): La antología de Marcelino Menéndez y Pelayo Las cien mejores poesías (líricas) de la lengua castellana. 3era. edición, Buenos Aires, Sopena, octubre de 1945, p. 40

EL CRISTO DE VELÁSQUEZ EN LA POESÍA DE MIGUEL DE UNAMUNO

abril 1, 2007 a las 11:37 pm | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, JARDIN DE DELICIAS, Miscelánea | 13 comentarios
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“¿En qué piensas Tú, muerto, Cristo mío?
¿Por qué ese velo de cerrada noche
de tu abundosa cabellera negra
de nazareno cae sobre tu frente?
Miras dentro de Ti, donde alborea
El sol eterno de las almas vivas.
Blanco tu cuerpo está como el espejo
Del padre de la luz, del sol vivífico…”

Miguel de Unamuno, el más influyente conductor intelectual de la Generación del 98, hizo de la narrativa y la poesía – al igual que el ensayo- vehículos de las nociones más importantes de su pensamiento y acción, entre las que predomina el tema de la relación del Ser Humano con Dios, en estrecha vinculación con su postura estética. Las siguientes líneas tratan de la identificación de esta constante en el extenso poema El Cristo de Velásquez. Obra en la que se perciben los ecos de la mística del Siglo de Oro, especialmente de Fray Luis de León, Teresa de Jesús y Juan de La Cruz, además de la huella de numerosos textos bíblicos.

Ante el avance de la idea de progreso material, propia de la modernidad, Unamuno percibe los riesgos del deicidio que deja al individuo cada vez más solo y sin finalidad. La existencia humana que se disuelve en la nada, produce en su ánimo una inmensa rebeldía convirtiéndose en uno de los motivos más poderosos y reiterados de su producción.

La poesía de Miguel de Unamuno

A los cuarenta y tres años, y cuando contaba ya con una importante obra en prosa, Miguel de Unamuno publica sus primeros poemas. El libro titulado escuetamente Poesías y publicado en Madrid, en 1907 significaba un trabajo largamente meditado como el mismo autor señala en carta a Zorrilla San Martín: “Yo apenas escribí versos hasta pasar de los treinta años, y la mayoría de ellos, la casi totalidad, después de los traspuestos los cuarenta… son poesías de otoño, no de primavera”

En el Prólogo de Ana Suárez Miramón a su Poesía Completa (1987) se lee: “Con Unamuno se identifica de manera total la existencia, el pensamiento y la creación artística. Quizá como ningún otro autor de su generación, supo unificar el gran problema que atormentaba a los jóvenes autores: vivir la vida o la creación artística” y más adelante se remarcará que “ toda su obra refleja esta dualidad, esta agonía entre ser un creador y una criatura de Dios que, en realidad, responde en última instancia al gran problema del hombre: la soledad”

El propio Unamuno explica su postura frente a la creación poética a propósito de su Cancionero:

“El verso es más liso, más llano y más corriente que la prosa, y si me tengo que valer de él es por sentirme a ello empujado por un poder íntimo, entrañado y arraigado en el cogollo de mi ánimo. (…) Y lo que crea es la palabra y no la idea. Que si la idea es idea, la palabra es espíritu.”

En estos conceptos está presente la noción – romántica – de la inspiración como intervención de la “presión providencial de la Musa”. Pero también lo que Pedro Cerezo Gala (1996) advierte como “trasfondo místico, conjunción de romanticismo y cristianismo, un desbordamiento de la intimidad, con la fuerza de un poder que todo lo renueva.” En torno a la relación filósofo – poeta, Unamuno señala:

“El poeta es el que nos da un mundo personalizado, el mundo entero hecho hombre, el verbo hecho mundo; el filósofo sólo nos da algo de esto en cuanto tenga de poeta, pues fuera de ello no discurre él, sino que discurren en él sus razones o, mejor, sus palabras. Un sistema filosófico, si se le quita lo que tiene de poema, no es más que un desarrollo puramente verbal; no es sino metalógica, tomando lógica en el sentido que se deriva de logos, palabra.”

En la poesía de don Miguel de Unamuno hallamos el repertorio de sus constantes preocupaciones de filósofo. La naturaleza humana, Dios, la relación entre ambos, la muerte, la eternidad, la trascendencia. Temas insistentes de una poesía que frecuentemente, recurre a las interrogantes en el plano de la expresión. Poética que condensa en verso lo antes – y después – explicado en las obras en prosa.

Existe otro elemento importante de tenerse en cuenta, es la trascendencia gracias al mensaje estético: El autor lo dice en una de sus últimas canciones: ‘…cuando me creáis más muerto/ retemblaré en vuestras manos. /Aquí os dejo mi alma – libro / hombre – mundo verdadero. / Cuando vibres todo entero/ soy yo, lector, que en ti vibro”

El Cristo de Velásquez al interior de la producción poética del autor

El extenso libro – poema El Cristo de Velásquez tuvo una gestación de aproximadamente siete años y en él se hallan los más importantes temas del pensamiento unamuniano. Entre ellos, la diferencia entre la historia externa y lo que llama la Intrahistoria, o historia del espíritu, lo que se ha denominado “intuición esencialista”; la oposición sabiduría mística y racionalidad propia de la modernidad. Frente al desgarramiento de la conciencia moderna, propone el retorno “ al fondo eterno y universal de humanidad, que es la más honda y fecunda idea, donde se confunden los dos mundos”. Aquí conviene recordar que Unamuno pondera a Fray Luis de León como prototipo de humanista español capaz de conciliar el logos cristiano con la sabiduría clásica. De él dirá: “Penetró en lo más hondo de la paz cósmica, en la solidaridad universal, en la Razón hecha Humanidad, amor y Salud”.

Son numerosos los antecedentes de este poema religioso. Destaca, sin embargo, un poema titulado El Cristo yacente de Santa Clara. El hecho de basarse en un cuadro de uno de los más grandes pintores españoles de todos los tiempos es igualmente expresiva de su identificación con los valores de España. Para Ferdinando Castelli (1984) El Cristo de Velásquez es un desbordarse de sentimientos frente al crucifijo contemplado en todos sus aspectos e invocado con pasión siempre creciente.

Organización del contenido en el libro El Cristo de Velásquez.

La obra, publicada en octubre de 1920, consta de cuatro partes, divididas cada una en capítulos de diferente extensión. En total, constituye un texto de 2.538 versos endecasílabos.

La primera parte, que es la más extensa, se inicia con un conjunto de cuatro poemas numerados en romanos del I al IV. Posteriormente los poemas tendrán no sólo numeración sino también título. Los primeros versos de esta primera parte es cita textual del evangelio de Juan, capítulo 14, versículo 19 seguidos de la visión de la pintura de Diego Velásquez.

“No me verá dentro de poco el mundo,
más sí vosotros me veréis, pues vivo
y viviréis” – dijiste -; y ve: te prenden
los ojos de la fe en lo más recóndito
del alma, y por virtud del arte en forma
te creamos visible. Vara mágica
nos fue el pincel de don Diego Rodríguez
de Silva Velásquez. Por ella en carne
te vemos hoy.
(…)
Volaste al cielo a que viniera,
consolador, a nos el Santo Espíritu,
ánimo de tu grey, que obra en el arte
y tu visión nos trajo. Aquí encarnada
en este verbo silencioso y blanco
que habla con líneas y colores, dice
su fe mi pueblo trágico…”

Este poema resume los temas que irá desarrollando a lo largo de la obra. El mensaje de la muerte y la resurrección de Cristo, la creación artística en su capacidad eternizadora y como don del Espíritu supremo, la particularidad de la fe religiosa española (“mi pueblo trágico”), etc.

El poema IV, con el que inicio esta entrega, es uno de los más difundidos en las antologías generales de la obra de don Miguel de Unamuno, lleva dos epígrafes: el primero tomado del Cantar de los cantares (“Mi amado es blanco…”), y el segundo del libro de Santa Catalina de Siena Libro della Divina Dottrina.

Junto al ya citado evangelio de Juan, y a lo largo de todo el libro, aparece en forma textual o en paráfrasis gran profusión de citas de Lucas y Mateo, así como fragmentos de Hechos de los Apóstoles y cartas a los Hebreos, Colosenses, Corintios y del Apocalipsis, con respecto al Nuevo Testamento. Del Antiguo Testamento, pasajes tomados de los libros Génesis, Ezequiel, Reyes, Exodo, Cantares, Salmos y Deuteronomio.

La segunda parte está destinada a presentar los tormentos de Cristo en la cruz. En ella no sólo se ingresa a la interioridad de Cristo, sino también en la esperanza que esa muerte trae al mundo. Los elementos naturales son humanizados: “El mar, trémulo espejo de los ojos”; “Fuego eres Tú, que al cielo sube siempre.” Se halla, además, constantes alusiones a la luz, la claridad, el color blanco símbolo de la fe y la armonía en contraposición a las tinieblas.

“Con tu muerte trajiste Dios al suelo
y la luz verdadera has enterrado;
con ella nos bañaste las entrañas;
de tu sangre, que es luz, has hecho sangre
de nuestras almas, dando vista al ciego.”

La tercera parte, 27 poemas, es la descripción del cuerpo de Cristo en una observación vertical (años después desarrollada por el pintor catalán Salvador Dalí) que se inicia, de acuerdo con un orden descendente, en “Corona” y “Cabeza” siguiendo con “Frente”, “Rostro”, “Ojos”, “Nariz”, “Mejillas” etc. Y a antes de pasar al cuerpo se detiene en “Obediencia” que expresa la actitud toda de la cabeza.

Cada una de las partes del cuerpo nos va entregando la visión más humana que pueda leerse en poema místico alguno. El simbolismo del cuerpo y el tiempo es una constante en esta parte del libro; al mismo tiempo que la reflexión sobre el acabamiento y la eternidad fundamento de la fe.

Pero no es sólo el ser humano el que recibe los dones. La naturaleza toda se salva de la muerte: “Selvas, montañas, mares y desiertos,/ confluyen a tu pecho, y en Ti abarcas/ rocas y plantas, bestias, peces y aves. / Es como un arca de Noé tu cuerpo/ donde se salvan del diluvio lóbrego/ cuantos hijos parió la Madre Tierra.”

En la cuarta y última parte donde encontramos entre otros poemas su “Oración final”, insiste en la reflexión acerca de las consecuencias de la Resurrección. …Pues Tú a la Muerte que es el fin has hecho/ principio y soberana de la vida”

En el poema “Saduceísmo”, a través de interrogaciones, se recusa la idea de Progreso, basado exclusivamente en el saber humano, una de las constantes preocupaciones de Unamuno ante el vacío que veía cernirse sobre el hombre moderno:

“¿A qué saber, si la conciencia al borde
de la nada matriz no espera nada
más que saber? Di, ¿dónde están las olas
que gimiendo en la playa se sumieron?
¿Y aquellas otras que al confín hinchándose
con sus espumas anegar querían
a las estrellas?…”

En “Oración final”, la comunicación se hace más íntima y entrañable. “Mis ojos fijos en tus ojos, Cristo,/ mi mirada anegada en Ti, Señor!”. Luego, va dando cuenta de las debilidades y flaquezas unidas a una esperanza conmovedora. Se trata del poema más extenso del libro y tiene notas de los Salmos, de los evangelios de Juan y Lucas, del libro del Exodo, de Números y de Ezequiel.

Génesis del poema

En la génesis del poema, como señalamos anteriormente, se halla el “El Cristo yacente de Santa Clara”, surgido de la contemplación de un Cristo anonadado, vencido y aniquilado por la muerte:

“No hay nada más eterno que la muerte;
todo se acaba – dice a nuestras penas-
no es ni sueño la vida;
todo no es más que tierra;
todo no es sino nada, nada, nada (…)
hedionda nada que al soñar apesta’
Es lo que dice el Cristo pesadilla;
Porque este Cristo de mi tierra es tierra”

Como señala Zubizarreta, ante esta realidad de muerte en un siglo que proclama con Nietzsche, que “Dios ha muerto”, Unamuno propone a España Resucitemos a Dios.

En carta del 28 de julio de 1913, dirigida a Texeiras de Pascoaes, Unamuno confiesa “A mí me ha dado ahora por formular la fe de mi pueblo, su cristología realista, y lo estoy haciendo en verso… Quiero hacer una cosa cristiana, bíblica y española”.

Aspectos formales

El libro está compuesto por 2,538 versos en poemas extensos, meditativos y discursivos. En algunos momentos el yo poético dialoga con un interlocutor próximo; y, en otros, el tono adquiere las características de un soliloquio.

Con un lenguaje marcadamente sobrio, se construyen imágenes parcas pero de gran emoción estética. Resalta en este libro la ausencia de sublimación de la figura de Cristo. La métrica elegida es el endecasílabo llano, flexible por naturaleza, en el que Unamuno encontró la forma poética acorde a la libertad que plantea el libro.

Temas poetizados.

En El Cristo de Velásquez en gran tema es Dios vencedor de la muerte y por ello motivo de la esperanza y sentido último de toda la creación: “Tú has humanado al universo, Cristo/ ¡que por Ti es obra humana! ¡ Vedlo todo! ( “Ecce Homo”).

La Relación entre Razón, Fe y Vida es otro de los grandes motivos unamunianos. En cita de J. Marías, Unamuno dirá: “No es necesidad racional, sino angustia vital lo que nos lleva a creer en Dios. Y creer en Dios es ante todo y sobre todo, sentir hambre de Dios, hambre de divinidad, sentir su ausencia y vacío, querer que Dios exista. Y es querer salvar la finalidad humana del universo. Porque hasta podría llegar uno a resignarse a ser absorbido por Dios, si en una Conciencia se funda nuestra conciencia, si es la conciencia el fin del Universo.”

La desconfianza de Unamuno ante las elaboraciones frías del intelecto, de la razón, a la vez que la supremacía de la vida, queda expresada una vez más:

“Paradojas, parábolas y apólogos
Florecían lozanos de tu boca;
No silogismo, no pedruscos lógicos
Al cuello de la mente cual collar.”

(Tercera Parte: V “Frente” )

El tema de la Muerte y la permanencia, se engarzan frecuentemente a la idea de la muerte convertida en inicio:

“Tú el fruto, por la muerte ya maduro
del árbol de la vida que no acaba

Pues Tú a la muerte que es el fin has hecho
Principio y soberana de la vida.”
(Cuarta Parte: I “Muerte”)

En “Oración Final”, invoca la eternidad en una súplica que es individual pero, a la vez, involucra a toda la humanidad. Importante también de tenerse en cuenta es el tema de la dignidad total del Ser Humano y su “muerte y resurrección de pie”:

De pie y con los brazos bien abiertos
Haznos cruzar la vida pedregosa
– repecho de Calvario – sostenidos
del deber por los clavos, y muramos
de pie, cual Tú, y abiertos bien los brazos
y como Tú, subamos a la gloria
de pie, para que Dios de pie nos hable
y con los brazos extendidos.
(…)
me entre en el claro día que no acaba,
fijos mis ojos de tu blanco cuerpo,
Hijo del Hombre, Humanidad completa,
en la increada luz que nunca muere;
¡ mis ojos fijos en tus ojos, Cristo,
mi mirada anegada en Ti, Señor!”

(Cuarta y última parte: “Oración Final”)

COMENTARIO FINAL

El Cristo de Velásquez, obra de madurez y de larga y rigurosa elaboración, significa una suerte de condensación de las propuestas de don Miguel de Unamuno y su apuesta radical por la fuerza y permanencia del mensaje artístico.

Mucho tiempo después de creada, la obra mantiene una impecable vigencia. La preocupación ante la deshumanización que el autor preveía, alcanza hoy enormes dimensiones. Nunca como hoy fue más urgente la necesidad volver los ojos a una visión esencial de la naturaleza del ser humano y el universo. El libro El Cristo de Velásquez de Don Miguel de Unamuno, desde el arte, estimula esa mirada.

El cuadro Cristo Crucificado de Diego Velásquez de Silva.
(Información en base a: Invitación al Museo del Prado, Exposición didáctica. Madrid: Ministerio de Relaciones Exteriores. Dirección General de Relaciones Culturales- Ministerio de Cultura. Museo del Prado. Diciembre de 1987)

Diego Velásquez (1599-1660) pinta su Cristo crucificado, hacia 1630, para la Iglesia del convento de Plácido de Madrid. Se trata de un óleo sobre lienzo de 2,48 por 1,69 metros.

Cristo aparece clavado en la cruz, con cuatro clavos: dos en las manos y dos en los pies, como era costumbre representarlo en Sevilla en aquel siglo. Llama la atención que Cristo presente media cara cubierta por parte de la cabellera. El rostro de bellísimas facciones, se inclina sosegadamente sobre el pecho. Una corona circunda la cabeza, y el cuerpo que destaca muy claro sobre la oscuridad del cuadro, está apenas cubierto por un sudario atado al bajo vientre. En la parte superior de la cruz aparece un madero sobrepuesto en el que se lee en tres idiomas (Sánscrito, Griego y Latín) la inscripción: “Jesús, el Nazareno, Rey de los judíos.”

Referencias bibliográficas

Castelli, Ferdinando. (1984) “Miguel de Unamuno ante Cristo a la luz de su diario íntimo”. En: Revista Encuentro. Lima: Centro de Proyección Cristiana. No 34

Cerezo Galán, Pedro (1996) Las máscaras de lo trágico. Filosofía y tragedia en Miguel de Unamuno. Madrid: Editorial Trotta.

Cobo, Eugenio (1989)“Cancionero de Unamuno” En: Cuadernos Hispanoamericanos No.467. Madrid: mayo.

Díaz Plaja, Guillermo (1971) Historia de la literatura española. Buenos Aires: Editorial Ciordia SRL.

Diego, Gerardo (1981) Poesía Española Contemporánea. Novena edición (1era. Ed. 1959). Madrid: Taurus

Ferrater Mora (1944) Bosquejo de una filosofía. Buenos Aires: Losada

Marías, Julián(1942) Miguel de Unamuno. Buenos Aires: EMECE, editores.

Ministerio de Relaciones Exteriores de España (1987) Invitación al

Museo del Prado. Madrid: Dirección General de Relaciones Culturales. Museo del Prado.

Prampolini, Santiago (1956) Historia Universal de la Literatura. Buenos Aires: UTHEA.

Riquer, Martín y Valverde, José María (1994) Historia de la literatura universal. T. VIII Barcelona: Planeta.

Sotelo Vásquez, Adolfo (1986) “Miguel de Unamuno y la génesis del Romancero Gitano. En : Cuadernos Hispanoamericanos. No 433 – 434, agosto.

Suárez Miramón, Ana (1987) “Prólogo” En: Poesía Completa de Miguel de Unamuno (I) Madrid: Alianza editorial.

Unamuno, Miguel de (1938)La agonía del cristianismo. 3era. Edición. Buenos Aires: Losada; (1977) Obras selectas. Prólogo de Julián Marías. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva. Poesía Completa (1). Madrid: Alianza editorial.

Varios Unamuno. ( 1936 – 1986 ) Madrid: Suplemento del diario El País. Edición Internacional del 5 de enero de 1987

Zubizarreta, Armando (1960) Tras las huellas de Unamuno. Madrid: Taurus

Hace unos años publiqué una versión más amplia de este artículo en la Revista Páginas. No. 155 Febrero 1999, pp. 93- 103

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