ANA GISPERT Y EDUARDO BORRELL, EL LUJO DE SU AMISTAD

febrero 14, 2019 a las 2:03 am | Publicado en Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Documentos, Miscelánea, Noticias y demás... | Deja un comentario
Ana Gispert-Sauch y Eduardo Borrell

Ana Gispert-Sauch y Eduardo Borrell

La vida nos regala algunos encuentros que son fundamentales. Conocer y luego gozar a través de décadas de la amistad de dos seres extraordinarios, Ana María Gispert-Sauch y Eduardo Borrell Castro, es uno de  esos regalos.

Recuerdo con nitidez el momento en el que conocí a Ana. Había acudido yo a la oficina en la que ella trabajaba con la esperanza de lograr apoyo para la publicación de un estudio voluminoso (dos tomos) acerca de la poesía en el Perú que habíamos realizado Ricardo y yo. Corría el año 1985, la situación del país era extremadamente difícil y la entidad a la que me refiero no estaba en condiciones de apoyarnos. Sin embargo, la compensación mayor fue encontrarme con la afable sonrisa de esta catalana acogedora que al saber que vivíamos en el mismo distrito se apresuró a invitarme a llevarme a casa si esperábamos a su esposo.
Fue así que el segundo regalo se dio en el más corto plazo: Conocer a este madrileño igual de afectuoso. Rápidamente hicimos amistad y se sucedieron las visitas de una a otra casa. Empezamos a gozar de una maravillosa amistad que se prolonga hasta hoy y que las dos familias sabemos inquebrantable. A poco de conocernos vino la invitación a asistir a una serie de actividades de comunicadores católicos y un día, por invitación de Carmen Lora y mis amigos, mi esposo, mi hermana y yo, tuvimos la dicha de vivir otro momento crucial:  Asistir a una misa y conocer de cerca al padre Gustavo Gutiérrez, el padre de la Teología de la Liberación. Otra aventura espiritual e intelectual que se iniciaba y marcaría mi vida hasta el presente.  Qué lujo!

Pero ahora quiero hablar de Ana, Eduardo y los dos hijos peruanos nacidos y crecidos de su generoso corazón. Hace unos años, en un cumpleaños de   Eduardo , Ana y sus hijos recogieron escritos de Eduardo, bajo el título Así lo he sentido. 

Libro.Eduardo

Justo título pues los textos son sentires sobre la vida en comunión. La edición de Ana, el diseño de carátula de María Gracia y un hermosa nota introductoria de Félix.
Sentires en los que la vida en sus diferentes matices, los innumerables amigos y circunstancias son observadas con la serena mirada de los más sencillos sabios. La nota que abre el libro tiene unas palabras de Eduardo:

«Anita ha querido hacer un regalo a mi autoestima de octogenario. Lo hace recogiendo con su escoba de mujer -tierna, amorosa, espiritual- las tonterías y sentimientos que he ido desperdigando durante bastante tiempo»

La Presentación a cargo de Félix Borrell, el hijo mayor, no pudo ser  más amorosa y precisa, él y María Gracia han crecido en el amor:

«Han transcurrido casi diez años desde la última recopilación de poemas que publicamos, Cantares y sentires. Fue precisamente el día en que mis padres cumplieron veinticinco años de casados. Mamá fue la principal responsable de que aquel poemario viera la luz. Hoy no podía ser de otra manera, lo ha sido también para este (qué sería de nosotros sin mamá…)

Pero esta vez, papá, queremos celebrarte la vida, una vez (y muchas veces más). Queremos compartir el fruto de aquellas imágenes que se adhieren a tus ojos y que necesariamente tienes que verterlas al papel.

Así logras desahogar tanta belleza y tanta tragedia que nos rodea y que muchas veces no sabemos reconocer. Transmitir es lo que te brota. Lo que desesperadamente necesitas cuando, como tú bien dices, «ya es mucho».

Nos enseñas, Haces patria, haces familia, haces amigos.

Tanto amor no se presenta, se siente.

Te amamos.

Felix

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SIN NOMBRE PROPIO (1973), “un contundente alegato”, MI POESÍA SEGÚN ANA MARÍA PORTUGAL

febrero 9, 2019 a las 12:53 am | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Documentos, MI POESÍA SEGÚN ..., MIS POEMAS | Deja un comentario
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Entre las primeras notas que recibió la publicación de mi primer poemario, Sin nombre propio, Lima, 1973, se encuentra  esta publicada por la escritora y periodista Ana María Portugal en el diario La Nueva Crónica el domingo 1° de julio de aquel mismo año. La comparto ahora con renovada gratitud.

La poesía nunca dejará de ser ese testimonio inveterado de todo lo que acontece en el interior del poeta, supremo alquimista que tiene el poder de transmitir, no solo la belleza formal de un universo inefable y complejo, donde la palabra es cincelada, modelada y transformada, sino también de asumir la condición de portavoz universal de las miserias y los goces, de las esperanzas y los fracasos del género humano.

El poeta escribe desde su habitáculo interior. Nunca irá al acto creativo limpio de sus acosos, de sus angustias, de sus miserias. Todo lo que él crea está comprometido indesligablemente con su condición humana.  Un libro de poesía además de ser un oráculo, es la confesión, a viva voz, de una historia personal que, sin embargo,  trasciende para fundirse en miles de historias personales  que acontecen simultáneamente.  Todo esto lo volvemos a comprobar cuando abrimos un libro de poesía de calidad.  Nos ha ocurrido recientemente con un breve poemario titulado Sin nombre propio (1), de Sonia Luz Carrillo, poetisa de la nueva generación (éste es su primer libro).

La nota fundamental en estos breves versos, desnudos de todo alarde metafórico, está dada en el tema: un contundente alegato a favor de sus congéneres femeninas, las mujeres de esta época.

Contrariando la opinión de los editores que niegan a esta poesía toda vinculación con “el feminismo”, sostenemos que justamente Sonia Luz Carrillo, que escribe desde su ámbito de mujer, ha denunciado sin atenuantes, y usando el mismo lenguaje que emplearía una auténtica militante del “Woman Liberation”, la condición alienada de la mujer bajo el sistema capitalista: “Ella no sabe nada/ de arte/ ni de política/ Ella cada año/ pare un nuevo hijo./ Ella no saca para nada/ las delicadas narices del hogar”/.

Lo que pasa es que la palabra feminismo ha sido satanizada, y su sentido tergiversado  para beneficio, claro está, de aquellos que no quieren entender que la liberación de la mujer está implícita en el reconocimiento de sí misma como ser oprimido en función de la biología. Bueno, pero ese es otro problema que no vamos a discutirlo aquí.

Al arremeter contra los mitos fabricados por la sociedad, Sonia Carrillo bucea en el fondo de sus angustias,  inhibiciones, contándonos su peripecia cotidiana de esposa, madre y ciudadana, entidades que al fin y al acabo se funden en una, al descubrir descarnadamente cuánto cuesta ser mujer: “Tú te pones a escribir,/tú no te enteras que las tareas se amontonan,/ entonces se te acusa de loca o despiadada,/ se te arrojan palabras/ como pájaros heridos/ moribundos/ que luego serán/ carroña acumulada en tu memoria./ Más tarde se te acariciará/ y tún no tienes ningún deseo/ de hacer el amor./ Tú te sientes más cerca del horror de la guerra”.

Y luego se pregunta intrigada: “Dime Safo/ tú que también fuiste hembra/ e intentabas poesía/ ¿Fuiste también tenida/ en bello/ apetecible/ gran estorbo?.  Sin duda ninguna, este testimonio desgarrado pero valiente, lúcido y consecuente, convertido en poesía, representa un valioso aporte no solo para la literatura, también para la concientización femenina dentro del actual proceso de cambios.

  • “Sin nombre propio”, Sonia Luz Carrillo. Talleres gráficos Minerva. Editorial Causachum, Lima, 1973. Carátula Víctor Escalante.

En: Diario  La nueva Crónica, página editorial, Lima, domingo 1° de julio de 1973

Ana María Portugal

Periodista y escritora, se inició en la poesía publicando  Poemas (1960-61) y Mano de poesía (1962), Las celebraciones (1970).  Participó en diferentes eventos literarios realizados en Arequipa como el primer Festival de Poetas Jóvenes, la primera Feria de Arte y Poesía (1962), o el Certamen Poético Sur-peruano (1963). Integrante del grupo Poesía 64, fue corresponsable de la revista de literatura Homo. 

A partir de los primeros años de los 70’ realiza una intensa actividad periodística en diversos medios. En Lima, Integró en 1973 el primer movimiento feminista Acción para la liberación de la mujer peruana, y  desde entonces ha continuado su labor de reivindicación de los derechos de la mujer. Fue cofundadora en 1979, del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán. En 1978, junto a Esther Andradi, había publicado el libro Ser mujer en el Perú.  Como investigadora en temas de género, es autora de muchas e importantes trabajos acerca de la presencia en la historia de las mujeres peruanas y latinoamericanas.

Desde hace muchos años reside en Santiago de Chile donde tiene a su cargo la coordinación de Isis Internacional.

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