SENTIDO Y ESTILO DEL HUMOR EN CÉSAR VALLEJO.

septiembre 23, 2006 a las 3:50 am | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Documentos, Miscelánea, Noticias y demás... | 4 comentarios
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Ponencia presentada en el Congreso de
la República del Perú.

Homenaje a César Vallejo. Abril, 2002

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Releer a Vallejo,  una de las voces poéticas más originales de la lengua española de todos los tiempos,  es una empresa siempre apasionante y retadora. Abordarla con ánimo de estudio lo es también en gran medida debido a que por  su enorme trascendencia los trabajos críticos se multiplican. Sin embargo, el ámbito de la presente indagación, el humor, aparece todavía como uno de los que menos atención recibe

En diversas oportunidades la poesía de  César Vallejo nos hace sonreír con juegos de significación  afincados en una ironía que es, a la vez que muy propia, manifestación social y cultural. Por ello, en ciertos poemas la exacerbación del absurdo será la muestra de un sentido y estilo de humor que serena  situaciones graves. En muchos otros,  la eficaz ironía parodia y desmonta discursos autoritarios, se mofa de la estulticia de las formas sin alma e intensifica la crítica ante una realidad insatisfactoria y excluyente. Y en todos los casos, es una sonrisa que nos deja pensativos.

La lectura que aquí propongo, está lejos de concebir el humor como la tosca risa a las que ciertas manifestaciones contemporáneas – algunas con pretensiones literarias- quieren confinarlo. El humor en Vallejo es respuesta inteligente y aguda  a situaciones adversas o criticables. Dicho esto, presentaré, brevemente,  algunos de los procedimientos de estilo con las que el poeta afronta las situaciones con cierto distanciamiento ingenioso, burlón y sólo en apariencia ligero. No en vano se  repite que nada más serio que el humor. Es útil mencionar que las transcripciones y referencias de los poemas corresponden a Obra poética completa. Edición con facsímiles. Francisco Moncloa Editores, Lima, 1968.

¿Por qué el humor en Vallejo?

Vallejo es el poeta de la solidaridad con los pobres y desamparados. Vallejo cree, tiene fe en la utopía que cambiará la vida. Unido a esto o más precisamente debido a esto en su poesía se halla las más variadas emociones  y el humor no podía estar ausente. Creo que en Vallejo el humor irónico no es  una presencia pasajera sino que aparece en  diferentes momentos de su obra y estoy convencida que es manifestación de la libertad de su espíritu concretada, además, por su  extraordinaria independencia lingüística.

 En Vallejo muchas veces  vemos una forma de observar la vida que  implica  un humor lleno de afecto por las criaturas más débiles y lo encontramos nítidamente, desde Trilce, aunque para algunos, como César  Ángeles, Vallejo explaya su humor sobre todo en Poemas humanos, donde  “La actitud de cáustica ironía hacia ciertas condiciones del ser humano va aunada con un abrazo fraternal.”[1]  “Amado sea el que tiene chinches,/ …/… /el que se coge el dedo en una puerta/ el que no tiene cumpleaños,/ el animal, el que parece  un loro, / el que parece un hombre, el pobre rico, el puro miserable, el pobre pobre.”. “Traspiés entre dos estrellas” P.H.  (p. 405)

Trilce, palabra que tanta discusión ha provocado, es para Raúl Porras Barrenechea, citado por Dasso Saldívar, en sí misma “una palabra inexplicable y humorística”[2]. Podemos discrepar con esta aseveración pero lo cierto es que  el libro contiene poemas de indudable sentido irónico. Por ejemplo, en un texto acerca de la realidad enigmática del acto creador, un conjunto de  alusiones  engarzan referentes cultos con expresiones  cotidianas que lo pone a salvo de toda inútil  solemnidad y de paso lo demarcan de la estética modernista:

“Escapo de una finta, peluza a peluza. / Un proyectil que no sé dónde irá a caer./ Incertidumbre. Tramonto. Cervical coyuntura.//  Chasquido de moscón que muere/ a mitad de su vuelo y cae a tierra. / ¿Qué dice ahora Newton? /  Pero, naturalmente, vosotros sois hijos.//  Incertidumbre. Talones que no giran. / Carilla en nudo, fabrida / cinco espinas por un lado/ y cinco por el otro: Chit! Ya sale”   Trice XII (p.154)

Semejante actitud  hallamos en este poema:

“A trastear, Hélpide dulce escampas,/ cómo quedamos de tan quedarnos. / Hoy vienes apenas me he levantado./ El establo está divinamente meado/ y excrementido por la vaca inocente/ y el inocente asno y el gallo inocente…” Trilce XIX  (161)

 Destaca aquí el uso de la expresión adverbial “divinamente” modificando en forma insólita a  “meado” y “excrementido”.

 En otras ocasiones la ironía aparece autodirigida como cuando la voz poética rememora expectativas familiares en torno al futuro:

“Se va el altar, el cirio para/ que no le pasase nada a mi madre/ y por mí que sería con los años, si Dios/ quería, Obispo, Papa, Santo, o tal vez/ sólo un columnario dolor de cabeza”. Trilce XLVII (189)

La información biográfica colabora para interpretar el sentido burlón del texto. Como se sabe los abuelos paterno y materno del poeta fueron hombres del clero.

En otro poema, por el recurso de concretizar lo abstracto, el poeta  enfrenta el tema del absurdo en estos términos:

“Ha triunfado otro ay y contra nadie./ Oh exósmosis de agua químicamente pura./ Ah míos australes. Oh nuestros divinos./ Tengo pues derecho / a estar verde y contento y peligroso, y a ser/ el cincel, miedo del bloque basto y vasto;/ a meter la pata y a la risa”  Trilce LXXIII (215)

 Analizando este poema, Alberto Escobar encuentra que ante una ética injusta e inhumana que aplasta al hombre y provoca el triunfo de los “ayes” , el poeta replica con una burla. Cito a Escobar: “El sarcasmo  va ganando en vigor y de manera incisiva rescata la validez de su derecho en términos negativos a “estar verde” connotando esperanza “y contento” que implica un modo de ser distinto. Y los dos términos, conjugados explican su equivalencia en peligroso… Téngase en cuenta la construcción preferida: la enumeración. Con ella se consigue un efecto acumulativo, a la vez que se ligan elementos que en la semántica vallejiana denotan un grado ascendente de liberación y humor.”[3]

Unida al recurso de la enumeración caótica -tan grata al surrealismo y que   persistirá en sus obras posteriores frecuentemente con intencionalidad crítica -la incorporación de locuciones de uso cotidiano fruto de su habilidad innata para el juego fónico y semántico es otro recurso del lenguaje poético tocado de sentido del humor, como cuando usa el americanismo arrequintar, o es capaz de calificar bolivarianas fragosidades:

 “Busco  vol ver de golpe el golpe./A su halago, enveto bolivarianas fragosidades/ a  treintidós  cables y sus múltiples,/ se arrequintan pelo por pelo /  soberanos belfos, los dos tomos de
la Obra”.  Trilce IX (151)

En la segmentación de la palabra volver por la arbitrariedad gráfica de “vol  ver” que algunos como Giovanni Zilio, consideran la influencia del simbolismo en la poesía vallejiana. [4]

La yuxtaposición de elementos independientes le sirven para recrear formas coloquiales como en  este otro ejemplo:   “Mañana esotro día”.Trilce VIII  ( 150)

Otro recurso insistente es la exageración, las hipérboles y su dosis de humor al promover la conciencia acerca del sobredimensionamiento que puede hacerse de algunas cosas, entre ellas, el dolor.

“Cómo me duele el pelo al columbrar los siglos semanales!/ y cómo, por recodo, mi  ciclo  microbiano,/ quiero decir mi trémulo, patriótico peinado.” “Fue domingo en las claras orejas de mi burro” P. H. (297)

La antiheroicidad, también se encuentra con frecuencia como manifestación de una noción moderna del arte:

“He aquí que hoy saludo, me pongo el cuello y vivo/ superficial de pasos   insondable de plantas./ Tal me recibo de hombre, tal más bien me despido/ y de cada hora mía retoña una distanciA.//  ¿Queréis más? Encantado. / Políticamente, mi palabra/  emite cargos contra mi labio inferior/ y económicamente/ cuando doy la espalda a Oriente/ distingo en dignidad de muerte a  mis visitas//  Desde tales códigos regulares saludo/ al soldado desconocido/  al verso perseguido por la tinta fatal/ y al saurio que equidista diariamente / de su vida y su muerte…” (Los lectores pueden poner el título que quieran a este poema).”   “He aquí que hoy saludo”   Poemas en prosa  (270)

En “Intensidad y altura” (347) de Poemas Humanos dirá:  “Quiero escribir, pero me sale espuma/ …/ quiero laurearme, pero me encebollo”  La ironía autodirigida  desacraliza su función con referencias culinarias. El laurel del poeta se opone aquí a la discreta, doméstica cebolla.

Y es que en esta poética de la autenticidad, uno de los recursos más frecuentes es la recusación mordaz de todo  referente que connote falso  prestigio:

“Al cabo, al fin, por último,/ torno, volví y acábome y os gimo, dándoos/ la llave, mi sombrero, esta cartita para todos…”//

“!Adiós, hermanos san pedros,/ heráclitos, erasmos, espinozas!/ ¡Adiós, tristes obispos bolcheviques!/ ¡Adiós, gobernadores en desorden!/ ¡Adiós vino que está en el agua como vino!/ ¡Adiós, alcohol que está en la lluvia!”  “Despedida recordando un adiós” P. H. (375)

El tono es amargo desde el título del poema, que , por lo demás se inicia con los sintagmas repetidos que intensifican extraordinariamente la noción de despedida  y que continúa con sagaz  ironía al entregar “la llave”, “mi sombrero” y “esta cartita para todos”. La segunda estrofa muestra con fuerza el sarcasmo. A la enumeración de patronímicos convertidos en sustantivos comunes le siguen dos versos que denuncian la falta de autenticidad: la falsedad del vino desnaturalizado por el agua y el agua alterada por el alcohol.

En la misma línea otro texto cuyo motivo es la prestigiosa juventud  presenta las señales de burla autodirigida:

“La perdí en cuanto tela de mis despilfarros/ juguéla en cuanto pomo de mi aplauso;/ …/ Veces latente de astro,/ ocasiones de ser gallina negra/ entabló la bandida primavera/ con mi chusma de aprietos,/ con mis apocamientos en camisa, / mi derecho soviético y mi gorra/ / Veces las del bocado lauríneo,/ con símbolos, tabaco, mundo y carne/ deglución translaticia bajo palio,/ al son de los testículos cantores;/ talentoso torrente el de mi suave suavidad/ rebatible a pedradas, ganable con tan solo suspirar…/ Flora de estilo, plena/  citada en fangos de honor por rosas auditivas… / Respingo, coz, patada sencilla”“Primavera tuberosa”  P.H. (283)

 Aunque en la obra vallejiana se notan los influjos del modernismo, el indigenismo, la vanguardia y la poesía social, es necesario reiterar la indudable  huella de Francisco de Quevedo (“ese abuelo instantáneo de los dinamiteros”  España aparta de mí este cáliz” I, 441) tal como han señalado, entre otros,  el crítico italiano Roberto Paoli y el poeta peruano Xavier Abril.

 Paoli señala la insistencia de ciertas figuras literarias propias del conceptismo  entre ellas:  “El oxímoron reunión de un sustantivo y un adjetivo de significado    antitético se encuentra con frecuencia en Vallejo, sea como exhumación de sublimes junturas bíblicas o de más corrientes estereotipos literarios “poderosos débiles”, “salud mortal” “¡Qué jamás tan efímero”. Paoli también menciona la contraposición de sintagmas tales como : “paquidermos en prosa cuando pasan/ y en verso cuando páranse”. Del mismo modo resalta la presencia de la ley de la repetición en expresiones como “su fuerza sin cabeza en su cabeza.” [5]

Ironía conceptista que no es “mordaz sino sombreada de benevolencia y tristeza”, en palabras de Zilio, es la que distinguimos en estos versos basados en oposiciones:

“Quiero ayudar al bueno a ser su poquillo malo/ y me urge estar sentado / a la diestra del zurdo, y responder al mudo/ tratando de serle útil en lo que puedo”.  “Me viene, hay días una gana ubérrima”  P.H. (325).

Dicho sea de paso que este “responder al mudo” trae el recuerdo de la obra de Julio Ramón Ribeyro. Autor que, creo, comparte con Vallejo  la sutil ironía.

Xavier Abril también advierte lo que llama “ la nota semántica barroquista” y cita “margen de espejo habrá/ donde traspasaré mi propia frente/ hasta perder el eco / y quedar con el frente hacia la espalda” (Trilce VII)  metáfora que el estudioso califica de “expansión delirante y corpórea”. Asimismo, advierte rasgos  de una estética pictórica – cubista en la fase de madurez expresiva, como cuando en Poemas Humanos, por ejemplo al leer “cuando duermo al pie de  mi frente”.[6]

Coincido con César Ángeles cuando afirma que  “comprendiendo la naturaleza del humor,  podemos concluir que el autor peruano lo tuvo en grado superlativo y que fue un factor importante en su vida y en su obra”. En el poema “Telúrica y magnética” lo vemos desmontar algunos símbolos de una nacionalidad excluyente:

“Ángeles de corral, / aves por un descuido de la cresta!/…/ (¿Cóndores? ¡Me friegan los cóndores!) /…/ “Auquénidos llorosos, almas mías” /… Lo entiendo todo en dos flautas/ y me doy a entender en una quena! / ¡Y lo demás, me las pelan!”   P.H.  “Telúrica..” ( 299)

 Y, aunque escapa al tema que ahora trato, es de destacar en este poema la incitación a una mirada amplia y universal de la nacionalidad. “Sierra de mi Perú, Perú del mundo, / y Perú al pie del orbe; yo me adhiero!”  dirá en una parte, y en otra: “¡Rotación de tardes modernas / y frías madrugadas arqueológicas!”.

 Volviendo a nuestro tema, difícil no reconocer su parentesco con el entrañable humor de Chaplin, capaz de hacernos sonreír ante el absurdo de las desgracias que un sistema injusto inflige a los más débiles. Por eso, en “Me viene hay días, una gana ubérrima”, esa intensa declaración de amor, el poeta exclama:

 “¡Ah querer, éste, el mío, éste, el mundial,/ interhumano y parroquial, provecto! / Me viene a pelo, / desde el cimiento, desde la ingle pública, / y, viniendo de lejos, da ganas de besarle / la bufanda al cantor, / y al que sufre, besarle en su sartén, / al sordo, en su rumor craneano, impávido;/ al que me da lo que olvidé en mi seno, / en su Dante, en su Chaplin, en sus hombros. //  Quiero para terminar / cuando estoy al borde célebre de la violencia / o lleno de pecho el corazón, querría / ayudar a reír al que sonríe , / ponerle un pajarillo al malvado en plena nuca…”    Poemas Humanos (325).

 La proximidad al humor de Chaplin también ha sido señalada por Escobar “en tanto descubre su situación mezclando la impronta trágica y el  gesto grotesco que por instantes desemboca burlonamente en una autocaricatura”. Y cita luego estos versos:

“Embriaguez te sobra, y no hay/ tanta locura en la razón…/ Pero hablando más claro/ y pensándolo en oro, eres de acero/ a condición  que no seas/ tonto y rehúses / entusiasmarte por la muerte tanto/ y por la vida, con tu sola tumba.”  “Otro poco de clama, camarada”  P H  (313).

 Personalmente considero este poema como uno de los más representativos de la agudeza con la que Vallejo responde a ciertas  hostilidades de la que es víctima. Incluso  hay quienes ven en él una postura frente al estalinismo.

Observemos otro fragmento:

 “Eres de acero, como dicen,/ con tal que no tiembles y no vayas/ a reventar, compadre/ de mi cálculo, enfático, ahijado/ de mis sales luminosas!/ Anda, no más, resuelve,/ considera tu crisis, suma, sigue/ tájala, bájala, ájala; / ¡Cuántos diplomas y poderes, al borde fehaciente de tu arranque!/ ¡Cuánto detalle en síntesis, contigo!/ ¡Cuánta presión idéntica, a tus pies!/ ¡Cuánto rigor y cuánto patrocinio!”.

Recapitulando, el humor en Vallejo es una presencia insistente, nace de una actitud vital de amor a la vida y confianza  en el destino humano. Es un humor, a ratos, pleno de ternura; en otros, prueba de su aguda sensibilidad, pero que, a la vez, ejemplifica nuestra capacidad de reírnos de las propias desgracias. En muchos momentos, el humor o la sonrisa, es el arma con la que enfrentamos lo falso y lo torpemente solemne. Terminemos con una línea de Poemas Humanos:   “Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga…” “Hoy me gusta la vida mucho menos…” (307).


[1]Ángeles, César. “César Vallejo  el humor” En Espéculo N° 12 Edición digital. Madrid: Universidad Complutense. http://www.ucm.es/info/especulo12/c_vallej.html

[2]Saldívar, Dasso. Cuadernos hispanoamericanos N° 454-455 Vol. 1 pág. 307

[3]Escobar, Alberto. Cómo leer a Vallejo, Lima: P.L. Villanueva, 1973, pág. 186

[4] Zilio, Giovanni. Estilo y poesía en César Vallejo. Lima: Universidad Ricardo Palma, 2002, pág. 86

[5] Paoli, Roberto. “El lenguaje conceptista de César Vallejo” en Cuadernos Hispanoamericanos N° 456 – 457 pág. 946

[6]Abril, Xavier. Exégesis trílcica. Lima: Editorial Gráfica Labor, 1980, pág. 114

 Mg. Sonia Luz Carrillo

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  1. […] Sonia Luz […]

  2. […] four times around the park, waving pennants, I will read about Trilce XIX in the archives of Clayton Eshleman, Sonia Luz, and Stephen Hart. I will consider an article called Translating Vallejo: Three Poems. […]

  3. Agradezco el material(MUY BUENO), el cual utilizaré para orientarme en los análisis
    de poemas de C.V. , soy estudiante de LITERATURA.

  4. bueno la obra es muy interesante y muy bueno para los alumnos del colegio


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