LEOPOLDO CHIAPPO GALLI. Recuerdos, homenaje y su magnífica reflexión sobre la palabra

marzo 9, 2010 a las 3:50 am | Publicado en Comentarios diversos, Comunicación y Cultura, Noticias y demás... | 19 comentarios

Hace pocos días, los invitaba a leer el comentario de Leopoldo Chiappo “Francesca y Paolo, el amor pasión” de su  Dante y la psicología del Infierno. En estos momentos, los de su partida, me permito celebrar su vida relatando una anécdota que pinta de cuerpo entero a este querido maestro, generoso y brillante.

A inicios de los años setenta, conocí a Leopoldo Chiappo y a otros miembros del Consejo Superior de Educación,  entre los que se encontraban, bajo la presidencia del filósofo Augusto Salazar Bondy,  quienes habían redactado la Ley de Reforma de la Educación y bregaban a diario contra las corrientes contrarias  a sus audaces postulados.  Integraban este Consejo de lujo, Leopoldo Chiappo, la lingüista Julia Alva, el historiador Carlos Araníbar, el maestro Omar Zilbert y los educadores y sacerdotes jesuitas  Ricardo Morales Basadre y Romeo Luna Victoria.

Acababa de publicar yo un modesto poemario y, con el arrojo de los jóvenes escritores, hice llegar un ejemplar  al doctor Chiappo. Grande fue mi azoro cuando, estando en mis labores, escuché que desde el pasillo del piso 17, en el que yo trabajaba, venía la voz entusiasta del admirado maestro pronunciando mi nombre y expresando  a voz en cuello lo mucho que los textos le habían gustado. Venía un miembro de un alto organismo ministerial a felicitar a una joven por su primer libro.  Se iniciaba así una larga amistad llena de respetuoso afecto y, por mi parte, una gran admiración por su don de gentes, su fino sentido del humor, unidos a su erudición artística y filosófica.

Presentación de libro en Instituto Porras de la UNMSM. En la mesa Sonia luz Carrillo, Decano Gilberto  Bustamante; Rector Wilson  Reátegui; profesores Vilma Derpich y Juan  Gargurevich y el Doctor Leopoldo Chiappo. Lima, 1994

Exquisito lector de poesía, informadísimo gozador de la música selecta, intelectual preocupado por el destino de las comunicaciones, Leopoldo tuvo la generosidad de presentar dos de mis libros: el poemario Tierra de todos , en 1989 y el estudio Las profesionales de la comunicación, en 1994. Años antes, en 1975, me había invitado a escribir en las páginas de Expreso, diario que dirigió hasta un abrupto cese en sus funciones;  la experiencia de la revolución de octubre del 68 había concluido. Como en los días que siguieron aparecieron artículos de mi autoría, me vi precisada a enviar una carta que fue publicada por la nueva dirección de Juan José Vega.

Son muchos y muy gratos los recuerdos de este estupendo maestro, doctor en Filosofía por la Universidad de San Marcos en 1951, fundador, junto a otros insignes docentes, de la especialidad de Psicología en la Facultad de Letras. En 1961, participó al lado del doctor Honorio Delgado, de la fundación de la Universidad Cayetano Heredia de la que fue catedrático y posteriormente vicerrector. Universidad cuya Facultad de Psicología lleva desde hace algún tiempo su nombre.  Son notables sus estudios sobre procesos de pensamiento, percepción y lenguaje, así como los que dedicó a la obra de Nietzche. Una intensa actividad de investigación que le valió en dos oportunidades el Premio Nacional de Cultura Daniel A. Carrión. Entre los años 1976 y 1979 el doctor Chiappo participó  en el consejo directivo del Instituto para la Pedagogía de la UNESCO. Fue miembro número de la Academia Nacional de Ciencias y de la Sociedad Peruana de Filosofía y fundador de la Sociedad Peruana de estudios clásicos, en 1994. Sus importantes aportes al estudio de la obra de Dante Aligheire le otorgaron la membresía en la Dante Society of America, con sede en Harvard.

El siguiente texto es una magnífica prosa en la que el maestro reflexiona acerca de la comunicación humana. Qué mejor homenaje que continuar escuchándolo!

LA PALABRA Y LA VISIÓN

(Acerca de Infierno XIII,48)

Entre los ruidos que escuchamos en el mundo hay uno, leve y único, la palabra. Es el ruido que produce el hombre. En realidad es una suave agitación de aire. Ocurre dentro de nichos humanos salpicados, aquí y allá, en medio de las vastas soledades de la tierra. Hay que imaginárselo en toda su amplitud y en todos sus detalles. Entre todos los ruidos, el viento entre los árboles, el crujir de un mueble de madera, el romper de las olas contra los acantilados, el croar de la rana en la quietud e un estanque, el estruendo de los truenos, el canto de un ruiseñor, la estridencia de los pájaros entre las selvas inmensas, los terremotos, los torrentes, las cataratas, derrumbes, tormentas, torbellinos, lluvias implacables, los rebuznos, ladridos, maullidos, cacareos, mugidos, balidos,  rugidos, los fracasos súbitos o el rumor repetido e interminable de la naturaleza, entre el bullicio incesante del mundo, aparece, leve y grávida, la palabra. En las raras cavernas de humanidad que en la Naturaleza grande y compacta, se abren, acontece la palabra. Es un hecho cotidiano, sin embargo, asombroso.

Y es que la palabra, leve agitación de aire, carga la sustancia preciosa del pensar. Hemos tendido puentes de aire entre nosotros. En la palabra nos movemos, vivimos, somos. Nos sostenemos en la red del lenguaje, suspendida entre el abismo averbal del mundo. Con la palabra hemos constituido horizontes íntimos de comunicación, por la palabra habitamos islotes humanos en el gran mar de las cosas. Y nos decimos confidencias metafísicas, religiosas, científicas, políticas, jurídicas, técnicas, económicas, artísticas; confidencias de amor y de odio, de lucha, de paz, de codicia, de inquina, de envidia, de pena, y, también, de alegría, de desengaño, de reiterada esperanza.  Confidencias libradas ala ire y que la naturaleza no entiende. Sistemas verbales que tejen la actualidad y la historia del animal humano.

Y hemos inventado una manera de ser aún más confidenciales. Hemos inventado una manera de apresar la palabra que se deshace en el aire o en las conciencias que mueren. Entonces la palabra se hace silencio exterior y se deposita, quietamente sobre la piedra, el papiro, la madera, el pergamino, el papel. (Últimamente, en circuitos electrónicos y en registros electro-magnéticos, donde la palabra se inscribe y se recupera en la fluencia inquieta de los electrones agitados, incluso por el rayo láser). Y aquello que era ligera agitación material se detiene en las letras escritas y vuelve luego a vibrar pero ya en el espacio interior del alma, en la conciencia del leyente.

La suave fricción de la mirada

Esta transformación del aire sonoro externo en silenciosa imagen verbal interna es el fenómeno asombroso de la lectura. Y hay algo más asombroso aún. Así como en el pedernal herido por el eslabón se liberan chispas que incendian la yesca preparada, así la suave fricción de la mirada sobre el texto escrito enciende la conciencia inteligente en un nuevo fuego, el fuego de la intelección. Asombroso fenómeno, en verdad, el de la lectura.

El leyente mira fijamente, en silencio, un objeto material que tiene entre las manos, el libro, una cosa entre otras cosas del espacio físico. Pero es una cosa que tiene una cualidad única. El libro está abierto, de par en par, como una ventana. Y lo es, una ventana hacia un espacio inusitado, el espacio interior.

Observemos la mirada del leyente, es una mirada enriquecida, no la que se posa en las cosas físicas próximas, chata, no, es una mirada que rebota sobre el objeto inmediato, el libro,  y se hace simultáneamente lejana e interior. Sí, el leyente  mira cerca, en ese objeto que tiene entre las manos, el libro, pero pareciera que mirara más allá, atento, en la profundidad de un abismo que se hubiese abierto, un pozo de novedades, un boquete, en medio de las cosas cotidianas que lo rodean… Y los ojos. Los ojos curiosos recorren las líneas… y en ese vaivén continuo adquieren cierta ferocidad atenta y devoradora, un estado de gramofagia voraz. Sin embargo, hay algo quedo y tranquilo en la lectura silenciosa: la fricción suave e impalpable hace del libro una nueva lámpara de Aladino y surge el genio misterioso de la fantasía presto a realizar todo lo imaginable e inimaginable. Es que se ha instalado en el mundo un nuevo nivel de animal al que el animal no llega, el homo legens. Un animal que, en cierto modo, mediante la lectura, ha aprendido a no morir, o si se quiere, a morir menos, y en todo caso a poder vivir ‘en conversación con los difuntos’.

Escenas de la Comedia. Estudios Dantianos. Tomo I, Lima, CONCYTEC/ UPCH, 1987 pp. 27-29

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FRANCESCA Y PAOLO, EL AMOR PASIÓN EN LA LECTURA DANTIANA DE LEOPOLDO CHIAPPO

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  1. Gracias por ese lindo homenaje a un gran espiritu que era y es muy querido, reconforta leer tus palabras!

  2. Genial Leito querido y adorado, te tendremos por siempre en nuestros corazones.
    Gracias Sonia por compartir.

  3. Estimada Sonia LuUz, podrías decirme la fecha de nacimiento y lugar de Leopoldo Chiappo?

    Gracias

    • Agradezco los comentarios, estimadas Sibyle, Rossana y Norma. Dando respuesta a la pregunta de Norma:
      El doctor Chiappo nació en Lima el 17 de diciembre de 1924.

  4. Gracias por el espacio que nos brindas, fue un extraordinario maestro y amigo.

    • Nada que agradecer. Leopoldo Chiappo fue una persona muy valiosa. Un privilegio, su amistad.

  5. Sonia,
    Leopoldo nacio en Italia.

    • Mil gracias, Rossana, por la precisión. ¿Podrías señalarnos la ciudad? Yo tengo entendido que el padre de Leopoldo era piamontés.

  6. Lo conoci en mi primer a#o en la universidad en una charla sobre los origenes de la UPCH que en lugar de sonar a sermon aburrido resulto una curiosa anecdota sobre su indecision entre ba#ar a su bebita o ir con los demas a firmar las actas de la fundacion. Lo recuerdo yendo y viniendo en su bicicleta tan alegre y vivaz como un ni#o. Creo que nunca converse con el, me quede con las ganas de que me autografiara uno de sus libros, pero las pocas veces que me cruce con el me dejaron un recuerdo grato e imborrable.
    Asi como aquella vez que me hablo sin conocerme dejandome un par de frases inolvidables, yo le respondo: !Ahora si estas en el cielo, ya eres inmortal!

  7. Sonia,
    Disculpa, el nacio en Chosica, despues se fueron por unos años a Italia y luego regresaron.

  8. Leopoldo Chiappo nacio en chosica el 17 de diceimbre de 1924, su padre don Florencio Chiappo era italiano y su madre era peruana.

  9. querido, inolvidable Dr. Chiappo. Gracias por tanto.

  10. Lepoldo Chiappo, un maestro, tuve la suerte de tenerlo como profesor en la UPCH en el año 1978 y 1979 y luego asistir a su casa para disfrutar de su biblioteca y tener largas tertulias en compañía de otros compañeros (Diana y Tano)

    • Grande, Leopoldo! Qué lujo haberlo tenido por maestro.

      • Inclinado a conocer lo que nos sucede cuando nos elevamos por el amor y la contraparte que surge por la ley de que «todo lo que sube…» adquirí «Psicología del Amor», pero antes de buscarlo, escuché al magno Maestro en una entrevista que le realizaba el programa Mapamundi, con Gillermo Giacosa. Alli empezó el respeto y admiración por tal hombre. Sencillo, Modesto y Noble, Culto Total.
        Disculpen muchachos, pero tengo entendido que El Profesor era cusqueño.

  11. que pena que se haya ido , admiraba mucho a este hombre , alguien sabe como se puede leer su tesis sobre san buenaventura en la universidad complutense ??? nunca olvidaremos al maestro

    • Personalmente, no lo sé pero confiemos que algún lector nos ayude.
      Gracias por la visita y el comentario.

  12. Leopoldo Chiappo Galli, hijo de un italiano y de una peruana, un mestizo del siglo XX. Estudiante en San Marcos y docente de la misma Universidad, de Cayetano Heredia y otros.Participo en la Reforma Educativa de 1972. UAP le dio el Doctor Honoris Causa, bien merecido y eximio homenaje al maestro. Estoy haciendo algunas averiguaciones,porque debo hablar sobre Él, a mis estudiantes de Estomatología. Saludos a todos los estudiosos.

    • Efectivamente, una fecunda trayectoria. Precisamente tuve la fortuna de conocer al doctor Chiappo cuando a mediados de los años 70′ trabajé un breve periodo para el Consejo Superior de Educación que impulsaba la Reforma de la Educación. Gracias por la visita y el comentario.


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