III ELOGIO A LA PERSISTENTE LOCURA. Selección de poesía peruana de inicios del siglo XXI
junio 5, 2008 a las 12:44 pm | Publicado en Artículos sobre Literatura, JARDIN DE DELICIAS | Deja un comentario
Voces de jóvenes mujeres y hombres alucinados que graban en el aire lo que distingue entre sombras su mirada tenaz. Los poemas de Yuliana permanecen injustamente inéditos; los de Alessandra: el primero es de Portarretrato y dos son inéditos. Juan Pablo agrupa sus textos como Canciones artificiales. Los poemas de Paolo forman parte de Anatomía de un vacío. A Carlos y María los encontré en el espacio y Juan José adelanta tres textos de su próximo poemario.
Y, como siempre, el gusto es mío.
EN ABRIL
En abril el reloj se detiene
451 segundos por hora
En abril la soledad se hace calles
y los jueves se hacen feriados
En abril te olvido un poco
jugando con las estrellas de papel
y las antenas de metal de las avispas
En abril el (h)oy siempre es pasado.
ALGARROBINA
He decidido abandonarte en la quinta mesa del bar
te dejo todos mis recuerdos escritos en la servilleta húmeda
ya no voy a romper mi sonrisa con tu veneno.
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APROXIMACIONES
“Como una piedra encadenada al aire” Blanca Varela
Tránsito de verbos incompletos
escuadra de ningún lado
la frase nativa de tu vientre se vuelve irreproducible
palabrasmáspalabrasmenos
sol de invierno
[refugio de las sombras incompletas]
tú y tu perfil de plata
tú y tu voz amplificada en las paredes que nos separan.
YULIANA PAJUELO
Lima, Comas, 1983
Y TENÍA UN ANZUELO RASGANDO MI CORAZÓN
… y tenía un anzuelo rasgando mi corazón como
un invierno boreal
donde la única salida era la puerta de escape
(e iba contando mis pasos
para no despertar al demonio)
la dualidad de los demonios es constante
sólo sonríen hasta la mitad
(y deslizaba mi huída en la Calle Almodóvar
y odiaba los demonios de mi corazón)
malditos demonios tan duales
malditos pasos tan pequeños que no me llevan afuera
a mi tan cáscara de huevo blanco pidiendo clemencia
tantos sollozos por la paz
y acabar pisoteada en medio de la calle
porque ser el marcapasos de un demonio
es tener catalepsia de vez en cuando
es caminar en puntillas los abismos
y odiarlo
es convertirte en un ritual de antónimos marrones
(cerraba la puerta
mi demonio miraba dormido
y yo me derretía en su hoguera)
De: Portarretrato, Lima, 2005
CUÁNTO TIEMPO SEGUIRÁ FALTÁNDOME
eso que existe
y no sé llamar por su nombre.
Esto que no puedo alterar
ni coger
ni expulsar.
Esto que me deja
inventando palabras torpes.
Como cuando juego a decir lluvia
tres veces
intentando mojarme.
(Inédito)
CADENA PERPETUA
“No me des nada de recuerdo:
Pues sé bien cuán corta es la memoria.”
(Anna Ajmátova)
Ojalá la memoria fuera corta
y los días se incineraran velozmente
para no ver
como todo escasea
como el amor
voltea las esquinas fugazmente
como yo me vuelvo presa
de tanta memoria que no olvida
de tantos hechos repitiéndose en un círculo
todo escasea
como hoy
como ayer
como esta tarde
cuando el diccionario completo
no me alcanza
cuando correr tantas veces
no me alcanza
cuando olvidar tantas cosas
no me salva
y todo escasea
tantas imágenes
tantas ganas
tanta vida
y tener que repetirme siempre
en todas las escenas
en todas las palabras
como en una cárcel
sin poder olvidar nada.
(Inédito)
ALESSANDRA TENORIO CARRANZA
Lima, 1982
MELANCÓLICA
pateo una piedra
eco en la noche
luna asustada
PRIMIGENIA
reconocer en las partituras
el motivo preciso
del concierto
en voces primarias
analizar
cada punto aparte
escuchar con las uñas
el silencio
de las pisadas en el agua
reconocer analizar escuchar
y
cantar
solo cantar
SINCRONIZADA
debajo del escritorio
un armonio cansado
susurra
el monitor se deshace
en retazos de fibra óptica
timbra una mano sincronizada
la melodía gira entorno al escritorio
golpes de viento
redobles de fuego
JUAN PABLO BUSTAMANTE. (Callao, 1988).
INSTINTO
Aquí no queda nada,
no hay más que plumas de un cisne hambriento de belleza
no hay más que palabras
estrelladas contra la pared.
Pero aún así, hay siempre una marca,
una pequeña mancha que arde en la piel,
siempre
el inútil secreto
para no dejar de lanzar piedras al río.
ALBA
Dos venas cortadas
en medio de las calles
mientras arden las hogueras
y el mar se hace perfecto,
perfecto.
PAOLO ASTORGA
Lima, 1987
VERGÜENZA AJENA
No saldrá conmigo hoy
ni mañana
ni pasado mañana,
pues no me necesita para vivir.
He de comprenderlo bien,
se avergüenza de mis pasos distintos,
de mis pensamientos hundidos en el mar.
NO HAY NADIE…
No hay nadie merodeando y siento una presencia:
un viento sopla, las hojas secas caen y las oigo crujir…
Se detienen los pasos y todo se vuelve silente,
los pájaros de la noche son mudos y los aullidos de los perros,
gestos de un silencio aún más profundo.
Muchas horas he estado aquí, mientras nada se mueve
y mi voluntad recorre palmo a palmo la casa.
He cruzado el patio de adentro
al cuarto de mi reclusión, en él, empolvados libros
me hablan de un mundo del saber,
que se mueve entre telas de araña.
CARLOS HUGO RINCÓN
Lima, 1980
ME VI EN MEDIO DEL TIEMPO PERDIDO
Me vi en medio del tiempo perdido
Recolectando pasos
Jugando a la nada con tus sombras…
/ibas vestido de gris/
Recordando lo que no es,
Lo que no dejamos aquella medianoche.
Me vi 20 centímetros más alta
Con los cabellos azules y ondeados
Con un vestido violeta
y una sonrisa transparente
Me vi… patética frente al espejo.
– pero feliz-
Con otra expresión en el rostro
Viendo en mi mano menos hábil aquel lazo íntimo
Volví a verme y era nada…
una sombra intentando colarse por la ventana.
CONTACTO
A medianoche los besos saben a versos
una imagen bien alucinada se percibe como arte consumado
una sonrisa es la descripción clara de la sabiduría.
un roce, una caricia, una mirada sutil de deseo…
invitan a despojarse de las vestiduras.
A medianoche las palabras sobran
y las manos son las herramientas necesarias
para dibujar al placer…
MARÍA RUMAJA
Lima, 1984
XI
Manos
inmensas
desaforadas
De hondura y sentido
Este siglo entero de sangre
De tardío alumbramiento
Metástasis de sombra
En la habitación de la palabra
En sus crispados rincones
De silencio
De voces airadas
De profecía en los desolados muros
Enardecido verbo
A salvo de los desquiciados sanatorios
De la crecida tiniebla en el rostro
Horda abatida por el golpe de un verso
Aunque luego acometan
Rayos escondidos entre los árboles
Los ojos grandes de la furia
La muerte rozagante a gritos
Derribados inapelablemente todos
A manos de una sorda canción.
XII
Alborotada galaxia tus cabellos
En el único ojo mío que gira
Como balón desquiciado
Desbocado planeta a la deriva
Enceguecido de tanta luz inútil
De tanta palabra vana
Mientras hay sangre colgada
Y tibias rotas en las manos
Cuánto impredecible dolor conocido
Mora en la sombra del verbo
Cuánto terco presagio acosa
El breve reino del hombre
Mientras amantes tiran como chanchos
Bajo el lúbrico lecho de la noche
Y huyen impúdicas en segundos
Las horas desnudas rabo al aire
XIII
Extensas legiones de dolor no bastan
Para acallar a la muerte
Que cae repetida En punta de pies
Entre enormes molares y también a patadas
En las cuencas de agónicos videntes
No hay lugar para abrazos entonces
Sólo el tiempo a dentelladas en un beso
Ese obsceno ardor al pie del abismo
Vestigio de luz y de grito
Entre los restos calcinados de la sombra
JUAN JOSÉ SOTO
(Lima, 1965)
Tags: poesia+peruana , poetas+peru , poesia+peru
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