Suficiente música de fondo… Poemas y prosa de Alfredo Pérez Alencart

marzo 26, 2008 a las 4:51 pm | Publicado en Escrito a lo lejos | Deja un comentario

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AQUELLOS PECES

AQUELLOS peces
hacen que no confundamos los ríos
ni la brisa del bosque,
ni esos encendidos crepúsculos.

Cerremos los ojos.
Retrocedamos a la imborrable juventud
que pertinaz desemboca
en el inagotable caudal del Madre de Dios.

Los grandes peces van llegando a las orillas
en misteriosa procesión.
Recogemos sus puras presencias,
mientras unas garzas se posan
de improviso
en la canoa de los recuerdos.

Madre Selva, Salamanca, 2002

DIGO TODAVÍA

Rostros que no desaparecen
pájaros que no se pierden.

Todavía apoyo el corazón
donde se trasmutan las distancias.

Todavía obtengo costuras del pasado
aires incólumes de la tierra
y hasta cierta eternidad caritativa.

Digo todavía
como quien demora un trueno
sólo para no salirse de los recuerdos
que ahora le alimentan.

Madre Selva, Salamanca, 2002

MUJER DE LA MAÑANA

TAMBIÉN te amo
cuando tu rostro me despierta a las siete y treinta
e inaugura el nuevo día con la ternura
de unos labios carentes de carmín.
Contemplarte refugiada entre las sábanas
resulta suficiente para trazar la caminata
que supera el desencanto y encara
el agrio jornal y la envidia de quienes escrutan
demasiado el insistente vuelo.

Me despierto y la oscuridad es ya algo menos.
Luego piso con ganas las sombras huidizas
y constato que existo sin puntos suspensivos:
Hay suficiente música de fondo en tu quietud
que – embriagado por el exceso – busco
abocetar en el fondo de mis ganas.

No abro la ventana aún.
La intimidad deja huellas de timidez, de torpezas
o de placeres imborrables. La mesura se impone
en estos minutos apacibles donde el amor de uno
se mastica en silencio, con los gestos que permiten
ir tejiendo – de locos presagios – la piel
o el vergel que te recubre.

Me fuiste enviada para evadir el naufragio cotidiano
y por ello te soplo un beso ingenuo
mientras salgo en busca del jornal.

La voluntad enchizada, Madrid, 2001

QUÉ PUEDO HACER DESDE ESTA LEJANÍA

¿Qué puedo hacer desde esta lejanía sino sentir las cosas? Por ello admito que mi corazón incremente su palpitar cuando se nombra esa luminosa posesión de los confines. Allí, en mi infancia, el asombro surgió cuando descubrí el vuelo centellante de las luciérnagas. Entraba la noche de repente, como suele hacerlo en la Amazonía; los mayores charlaban en el patio de todos los encuentros, mientras yo cruzaba el potrero para acercarme a un imponente barranco, desde cuya altura el río Madre de Dios se contempla en todo su esplendor. Al volver pude apreciar – por el bosque contiguo al caserío – un enorme manto de luciérnagas moteando de fuego la intemperie de mis primeras alegrías, hoy multiplicadas por los susurros de la memoria, una memoria que no olvida aquella silente procesión de diminutos candiles por ese engalanado crepúsculo de La Pastora.

Posesión entre luciérnagas, Salamanca, 2002

CUANDO SE SIENTE LA CIUDAD

NO serás sino aquel hombre que celebre su ciudad
a cada instante, en todo campanario o torre
profanadora de los vientos.

No habrá fatigas. Ningún demiurgo
dictará qué tejados y qué terrazas
formarán parte de tus recuerdos.

No descubrirás otro cielo como éste
propicio para las apariciones
de cuencos de luz
y escarcha.

No tendrás poltronas sino presencias
No recibirás alabanzas sino mutismo.
No harás parloteos sino culminaciones.

No podrás irte de ella
pues su sombra estará dispuesta a amanecer
en las cornisas de cualquier ciudad extraña
hasta saturar tu memoria con el fuego de tu nombre.

La voluntad enchizada, Madrid, 2001

• La ciudad aludida en el conjunto titulado “El perímetro donde me levanto” es Salamanca. En la Inscripción que abre el libro el poeta señala: “Este es el libro de amor que adeudaba a Salamanca, su provincia y sus gentes, por haberme acogido durante quince inviernos de fortuna”.

Alfredo Pérez Alencart

Nació en Puerto Maldonado, Madre de Dios en 1962. Desde 1987 reside en España, en la ciudad de Salamanca, donde ejerce la docencia en la Universidad de Salamanca y realiza una infatigable labor de promoción cultural como director del Centro de Estudios Ibéricos director del Centro de Estudios Ibéricos y Americanos (CEIAS), de la Sociedad de Estudios Literarios y Humanísticos “Alfonso Ortega Carmona” (SELIH) y de la revista “El cielo de Salamanca”.

Su poesía que “canta espacios y gentes” en el decir de Carmen Ruiz Barrionuevo, ha sido reunida en: La voluntad enhechizada (2001 reeditada en portugués en 2004), Madre selva (2002), Ofrendas al tercer hijo de Amparo Bidon (2003). También ha publicado textos narrativos como Posesión entre luciérnagas (2002) y el cuaderno Itinerario de los huéspedes (2005).

Entre 1992 y 1998 fue secretario de la Cátedra de Poética “Fray Luis de León” de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Sobre su labor de difusión baste mencionar la publicación- en múltiples ocasiones con la colaboración de Jacqueline Alentar- de la poesía completa de Gastón Baquero y antologías de la obra de Gonzalo Rojas (Chile), Alejandro Romualdo (Perú), José Hierro (España), Olga Orozco (Argentina), Jesús Hilario Tundidor (España), Reynaldo Valinho (Brasil), António Salvado (Portugal), Ramón Palomares (Venezuela), Francisco Brines (España) o Carlos Contramestre (Venezuela), entre otros.

Tags: poetas+peruanos

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