LA FELICIDAD Y EL MITO DE EURÍDICE. A propósito de los deseos de fin de año

diciembre 27, 2007 a las 11:51 am | Publicado en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, JARDIN DE DELICIAS | 4 comentarios

En estos días, deseamos felicidad para el año que viene. La deseamos para nosotros, nuestra familia, amigos, colaboradores. La mencionamos de corazón, con sinceridad, aunque muchas veces no tengamos claro en qué radica para cada quien ese bien esquivo.

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Orfeo y Eurídice. George Frederick Watts (1817-1904) Oleo 57 x 76 cm. (Colección Forbes. Longres & Nueva York)
 
 A lo largo del año la publicidad se encarga de enrostrarnos la obligación de ser felices. Y los libros de autoayuda, indiscutibles éxitos de venta, nos ofrecen sus recetas infalibles. Y el asunto ha cobrado tanto interés que incluso hay encuestas internacionales, como las realizadas por la empresa  Invamer Gallup, que miden la cantidad de felicidad  por países o regiones del mundo.  
Me inclino a pensar que la cosa empieza a aclararse cuando  aceptamos que hay muchas, variadas, formas de acercarnos a la felicidad. Y aquí recuerdo una frase (feliz) con la que Pablo Neruda  caracterizó en una oportunidad  a Federico García Loca. La copio y la repito con frecuencia: “Tenía la costumbre de ser feliz”.
En el Prólogo de  Historia de la Felicidad de Darrin McMahon encontré esta provocativa interrogante ¿Será la felicidad como el mito griego de Eurídice, que se nos escabulle cuando nos volvemos a contemplarla, desapareciendo apenas conseguimos divisarla?
  
Buen pretexto para recordar este mito griego que tanto material le ha dado al arte de todos los tiempos.   Les cuento que mientras escribo estas líneas escucho (feliz) a Juan Diego Flores en su versión de    Orphee Et Euridice. J’ai perdu mon Euridice  de Cristoph Gluck.

EL MITO

 

Eurídice es la amada de Orfeo, hijo de Eagro y la musa Calíope, “poeta y músico más famoso que ha existido nunca” a quien Apolo le regaló una lira que las musas le enseñaron a tocar “de modo que no sólo encantaba a las fieras, sino que además hacía que los árboles y las rocas se movieran de lugar para seguir el sonido de su música”.

 

Después de una visita a Egipto, Orfeo se unió a los argonautas y su música les ayudó a vencer muchas dificultades. A su regreso a Tracia se casó con Eurídice.

 

La felicidad de los jóvenes amantes se ve empañada cuando un día Eurídice sufre el ataque de Aristeo quien pretende forzarla. Al huir la muchacha pisa una serpiente que la muerde y le causa la muerte.  Orfeo desesperado desciende al Tártaro con la esperanza de regresarla a la vida. Con su música encanta a Carón, al perro Cerbero y a los tres jueces de los muertos; ablandó el corazón del Hades quien concedió la gracia de que Eurídice volviera  a la vida, con una sola condición: que Orfeo no mirase hacia atrás hasta que ella estuviera de nuevo bajo la luz del sol.  

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Pedro Pablo Rubens (1577-1640) Lienzo 194 x 245 cm. Museo del Prado. Madrid

Eurídice siguió a Orfeo por el pasaje oscuro guiada por el sonido de su lira, y cuando él llegó a la luz del día, tuvo temor, desconfió de la dicha recobrada y volvió la vista atrás  para mirar si ella lo seguía. Una fuerza irresistible arrastró a Eurídice nuevamente al reino de los muertos. Orfeo la perdió para siempre.  

MacMahon, Una historia de la felicidad. Madrid, Tauros, 2005

Tags  Fin de añoFelicidad Mitos griegos   

4 comentarios »

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  1. Muy interesantes tus reflexiones y este fragmento del libro de MacMahon.

    El mito de Orfeo y Eurídice se repite en otras oportunidades como con la esposa de Lot , quien es convertida en una estatua de sal, al desobedecer la advertencia de Dios.

    Muchas veces recién valoramos la felicidad cuando la hemos perdido.

    Saludos.

  2. En realidad lo que reproduje de MacMahon es su interrogante y la mención al mito. El texto del mito es una versión libre de diversas fuentes. La más importante Los Mitos Griegos de Robert Graves. El mismo autor de La Diosa Blanca.

  3. me parece que tienes que contar más mitos

  4. Germán, muchas gracias por tyu comentario de el mito de la estatua de sal, me ha sido de gran ayuda. Creo que tanto tu como Sonia Luz deberíais colñgar más mitos.
    Saludos.


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